El fin de los días
Basada en la novela "The road" del escritor estadounidense Cormack Mc Carthy y ganadora del premio Pulitzer en el año 2007, La carretera puede encuadrarse dentro del ámbito de los relatos post-apocalípticos como la reciente El libro de los secretos, aunque trasciende –narrativamente hablando- ese terreno para abrazar un combo de géneros cinematográficos bastante ecléctico: el melodrama familiar, el western urbano y ciertos tópicos del cine de terror.
A partir de una puesta en escena concentrada en las ruinas que ha dejado un cataclismo de dimensiones importantes destruyendo a casi toda la civilización, la trama se enfoca en las peripecias que debe sobrellevar un padre (sensacional Viggo Mortensen) junto a su hijo (Kodi Smit- Mc Phee) en una constante lucha por la supervivencia, que tras la muerte de su madre (Charlize Theron, sobria) se hace aún más problemática y conflictiva frente a un entorno plagado de hostilidad y peligros.
El director John Hillcoat, quien ya había demostrado una interesante desempeño en el atípico western The proposition (2005) concibe un film desolador y emotivo que no necesita de espectaculares efectos ni de coreografías de acción para sostener una atmósfera de gran tensión dramática, en la que la amenaza del canibalismo siempre llega como indicio más que como idea medular para no recaer en la morbosidad gratuita.
Por otro lado, pueden encontrarse en esta suerte de lucha dialéctica entre la fe y el nihilismo planteos acerca de la religión y la existencia humana. El tiempo adecuado para la reflexión y la sobria elección de los diálogos para despojar de parlamentos altisonantes a una historia trágica que no precisa de grandes golpes de efecto, es otra de las virtudes de esta película. En algunos tramos las reminiscencias a las películas de zombies resultan más que evidentes así como la incursión de ciertos tópicos afines al western como la territorialidad, la autodeterminación y el constante coqueteo entre lo instintivo y la razón, sin dejar desprovisto el melodrama que hace hincapié en la relación padre-hijo por sobre todas las cosas.
A esa sumatoria de aciertos que se reflejan gracias a la buena elección de un elenco encabezado por Viggo Mortensen pero que cuenta con grandes secundarios como Robert Duval y Guy Pearce, entre otros, se le debe sumar un final poco complaciente y de una honestidad que para los tiempos que corren parece difícil alcanzar sin realizar concesiones o estar sujeto a los humores de una industria cada vez más conservadora y errática como el Hollywood de hoy día.