Desde que las historias empezaron a contarse, sea en el formato que sea, las aventuras siempre tuvieron un lugar predilecto. Relatos de héroes inesperados, luchas contra el mal y viajes sorprendentes. Hay ejemplos que se remontan a miles de años. El cine supo capturar esa esencia y entregar producciones inolvidables. En este aspecto, quizás las más entrañables sean las dirigidas a un público pequeño que todavía no se complica la vida innecesariamente y cada tanto prueba si tiene poderes para mover las cosas. En estos años no salieron tantas que encajen en esta descripción, por eso The House with a Clock in Its Walls es una linda sorpresa que merece ser disfrutada por grandes y chicos.