El vecinito de enfrente
Una adolescente, encarnada por Jennifer Lawrence, se muda junto a su madre a un nuevo pueblo y descubre que su casa está frente a otra en la que tuvo lugar un doble asesinato.
La casa de al lado transforma el lugar idílico en un escenario ideal para instalar la vulnerabilidad y el terror que afrontarán las protagonistas. El mecanismo de la trama va sembrando apariencias engañosas a medida que aparecen los personajes: adolescentes en celo, el sheriif del pueblo, la madre que trabaja en el hospital local y siempre está preocupada por su hija...
El film logra un buen clima de suspenso durante su primera parte (en la que se muestran demasiados detalles) pero se convierte luego en un producto que echa mano a los chichés típícos del género. Una presencia misteriosa se mueve entre las sombras del bosque, una casa macabra mantiene su luz encendida durante las noches y un intercomunicador indica que alguien más está en la casona...
Por momentos, la película intenta emular la atmósfera de Psicosis, y las cosas se complican demasiado cuando la joven se hace amiga del chico (Max Thieriot) que sobrevivió a la masacre. La trama distrae con elementos que no adelantaremos, pero el espectador menos entrenado también descubrirá el secreto al promediar la proyección.
Sin dudas, Jennider Lawrence es la actriz joven del momento (Lazos de sangre, Los juegos del hambre) y se pone la película al hombro con comodidad, pero con eso solo no alcanza.