La casa de Argüello (2019), documental autobiográfico de Valentina Llorens, nos enmarca en una historia originada en tiempos de dictadura argentina y su proseguir tras el paso de los años. Una obra que nos invita a explorar las marcas de un pasado que no dejan de doler.
Una joven viaja a filmar a su abuela sin algún otro propósito que solo hablar con ella y dialogar sobre sus experiencias de vida. Años posteriores, y con el juzgamiento a los culpables de los delitos de lesa humanidad, juntas exploran un pasado dispuesto a dejar huellas imborrables. Dos tiempos unidos por un relato de lucha, búsqueda de identidad y memoria. Mujeres dispuestas a recorrer su historia y buscar la respuesta a todas sus preguntas.
“Plegaria para un niño dormido” suena en algún momento del documental. Una canción de Spinetta que nos invita a reflexionar acerca del paso del tiempo y del sufrimiento de los niños. Valentina Llorens nos regala en su ópera prima una investigación para obtener respuestas sobre preguntas que en su momento no se tuvieron. Una niña que veía como su madre se encontraba presa de los militares hoy indaga en ese pasado y le cuenta la realidad a su hija. Una obra conmovedora, en distinta temporalidad, unida por una historia familiar en busca de la verdad. Mujeres fuertes, mujeres militantes y un fuego sagrado que busca desasnar la intimidad en medio de la historia argentina.
Nelly Ruiz de Llorens, la abuela de Valentina, es quien nos hace emocionar con su testimonio. Años de incertidumbre, de lucha, y nosotros como testigos privilegiados junto a su nieta de tanto sufrimiento, desesperanza y búsqueda de la verdad. Narrado por la misma directora, La casa de Argüello nos da su propia versión de lo acontecido durante la dictadura y con la genuina mirada de una niña que creció sucumbida por una realidad que la condicionó.
Una obra sincera, contada desde las entrañas, homenajeando a las Abuelas de Plaza de Mayo y a toda su batalla. Un documental que no pasará desapercibido y se alojará por siempre en la memoria colectiva.