Aquí no vive el horror!
El nombre del director James Wan se utiliza descaradamente para producciones menores del género que tienen recursos archiconocidos: cámara en mano,"archivos encontrados" y presencias diabólicas. El terror, nuevamente ausente.
El nombre del director James Wan siempre se toma como referencia dentro del género de terror después de sus exitosas El juego del miedo, Silencio de muerte, El Conjuro, Annabelle y la trilogía La noche del demonio. Su marca sirve para atrapar espectadores cuando oficia de productor -en una época también este señuelo les sirvió a Quentin Tarantino y a su discípulo Eli Roth-.
Tal es el caso de La casa del demonio -Demonic-, otra película que juega con los hiper explotados recursos de la cámara en mano, los "archivos encontrados" y las cámaras de seguridad que registran hechos sobrenaturales. Una casa con cinco cadáveres enciende una investigación que encierra misterios del pasado y a un sobreviviente que puede dar las pistas necesarias de lo que allí ocurrió. El detective Mark Lewis -Frank Grillo- debe resolver el caso con la ayuda de la psicóloga Elizabeth Klein -María Bello- para entrevistar al chico sospechoso de la matanza.
El film acumula sobresaltos, espíritus que se ven sólo a través del infrarojo, un círculo de amigos que practica la "ouija" -otro estreno fallido visto en este 2015- y un comienzo prometedor que se desdibuja sin actividad paranormal ni sorpresas argumentales.
El miedo faltó a la cita, una vez más, en este relato que remite a Aquí vive el horror y presencias diabólicas que se mueven entre las sombras, pero sin despeinar al espectador seguidor de este género, que ya conoce los secretos y recursos como la palma de su mano.