Amenaza de tedio
Relato de terror de casa embrujada, de búsqueda de conexión con espíritus por parte de unos jóvenes y también relato de pesquisa policial. Se cuenta en dos tiempos que se van intercalando: el de los anodinos muchachos en la casa y el de la llegada de los investigadores policiales con parte del desastre sangriento consumado. Sobre el final las dos líneas convergen, y al menos se siente que la narrativa avanza un poco. Hay alguna revelación, hay -otra vez- registro con cámaras diegéticas, asuntos sobrenaturales, golpes de efecto con modos industriales nada sofisticados y una promesa de secuela. Y hay también una constante amenaza de tedio que se concreta con seguridad si uno vio aunque sea un puñado de películas de terror en los últimos años. Está Maria Bello -que supo trabajar con Cronenberg- con una actuación desganada, aunque sigue siendo fotogénica e intensa. Uno de los productores es James Wan, director de El juego del miedo, La noche del demonio, Rápidos y furiosos 7, y la notable El conjuro. Pero a diferencia de gente como Steven Spielberg, el sello de Wan como productor no es necesariamente sinónimo de calidad e interés.