La enésima copia de algo que vimos miles de veces.
Es increíble, por no decir genuinamente triste, que la mayoría de los realizadores actuales del género de terror, crean que porque una película este basada en hechos reales, o este filmada como si los hechos ocurridos lo fueran, la hace mas aterradora. Pero si existe algo tan increíble como su persistencia, es constatar el que dichos realizadores crean que el espectador no se va a dar cuenta que le están vendiendo lo mismo pero con otro nombre.
Esta película ya la vimos
La Casa del Demonio empieza su relato en una remota casa, donde un detective de la policía encuentra cinco cadáveres y un joven La Casa del Demoniodesmayado que es el único sobreviviente. Al parecer no es el único, ya que faltan dos personas más; una de ellas la novia del superviviente en cuestión. Una psicóloga llega a la escena del crimen y tratará de dilucidar a partir del perturbado testimonio del joven, que fue lo que pasó en la casa.
La película se divide paralelamente entre la investigación de los eventos y el racconto del muchacho, que es una suerte de El Conjuro contada con la estética del narrador poco confiable de Los Sospechosos de Siempre. Las similitudes con ambas películas terminan en la misma descripción, porque el desarrollo es una concatenación de clichés que el guion tristemente disfraza como originales. Todo esto por no decir que tiene un final abierto, como si esta fuera la primera película de una larga franquicia… que probablemente no llegue nunca.
Por el costado de la técnica, La Casa del Demonio es el colmo del pseudorrealismo. Da vergüenza ajena el exceso de cámara de video en mano, y las cámaras de seguridad que ponen en cada esquina de la casa y bla, bla, bla, bla. Pero lo peor de todo es que estamos ante una peli que apenas genera sobresaltos; lo mínimo indispensable que debe proveer una película de terror.
Conclusión
La Casa del Demonio es un caso contundente a favor de parar un poco la moto con el found footage y los finales abiertos al divino botón. Han sido advertidos; suban bajo su propio riesgo, ya que sinceramente, no puedo recomendarla… simplemente no puedo.