La remake sin (tanto) respeto
La original, La Casa Muda, se hizo conocida por una razón: sus 80 minutos estaban filmados en una sola toma con una cámara de fotos. Pero más allá de este dato digno de Imdb, la película no era buena: había un mayor interés en el recurso que en la historia misma (con vuelta de tuerca incluida). Era inevitable que tanto por la propuesta (una casa con aparentes presencias fantasmales) como por su atractivo formal, Hollywood la iba a adaptar a su idioma. Rápidamente, un año después se estrena La Casa del Miedo, que conserva tanto el argumento como su estilo de filmación. Los encargados de esta nueva versión son los directores de la muy interesante Mar Abierto (esa de la pareja abandonada en medio del océano a merced de unos tiburones). Y como en ese arriesgado film (que tardó más de dos años en hacerse y que contaba con un presupuesto acotado), acá también hay un desafío técnico. Los realizadores Chris Kentis y Laura Lau deberían estar tranquilos porque hicieron una película no sólo mejor que el original, más interesante y mejor ejecutada sino que incluso puede llegar a maquillar ciertos errores inevitables que trae consigo la primera versión...