La parte por el todo
La casa del miedo es la versión norteamericana de La casa muda, aquella película uruguaya de terror estrenada el año pasado, que se promocionaba como la primera película filmada enteramente con una cámara de fotos digital y en un solo plano. Ya limitada desde sus premisas iniciales y con algunos problemas de guión y ritmo, La casa muda lograba algunos buenos climas y sustos bastante dignos, aunque no siempre podía escapar del tedio.
Los responsables de esta remake Chris Kentis y Laura Lau (Mar abierto), eligen mantener casi todos los elementos del guión aunque haciendo algunos cambios importantes (agregan algunos personajes por ejemplo) y mantienen la premisa de filmar todo en un plano-secuencia. Esta última decisión quizás no sea del todo acertada, como recurso el plano-secuencia es de los más efectivos y bellos que se pueden utilizar en la creación cinematográfica, sin embargo requiere de una gran planificación y virtuosismo técnico. La casa del miedo (y también La casa muda) técnicamente son irreprochables; sí es cierto, hay algo de trampa, hay algunos cortes encubiertos en ambas pero el efecto está logrado. El problema es que la utilización de este recurso no es más que una premisa, o una auto-imposición, que sólo sirve a algunos momentos de la historia que se quiere contar, y en los demás momentos falla. Se confunde la parte por el todo, se utiliza un solo recurso dejando de lado otros que también hubieran servido para la narración de la historia de La casa del miedo. La sensación de tensión y clima enrarecido que surge de la filmación de los recorridos de Sarah (Elizabeth Olsen) por esa casa siniestra de su infancia se van diluyendo a medida que se sucede la película y como el plano-secuencia no se detiene, y estamos en el transcurso de tiempo real, a veces no pasa nada, el tedio nos invade y los autores deben recurrir al susto fácil para no aburrirnos del todo. Sostener la tensión más allá de los límites tolerables invita a la llegada del aburrimiento o el desinterés, misma sensación que me produjo el visionado de Hard Candy, esa película con Ellen Page y Patrick Wilson que apelaba a la tensión e incomodidad con tal desenfreno y falta de resolución que daba como resultado absoluta falta de interés en lo que pudiera pasarles a aquellos personajes.
Hasta aquí quizás nos excedimos un poco en la explicación de las fallas de la película de Kentis y Lau. Hay algunas mejoras notables con respecto a la versión original, sobre todo en el guion. En La casa del miedo se integra mucho mejor la subtrama de perversión sexual entre los personajes. Por supuesto no es nada original para el género, pero sin dudas está mejor contado que en La casa muda.
Además debemos referirnos un poco a la buena actuación de Elizabeth Olsen que está bastante sólida y contrasta un poco con el amateurismo de Florencia Colucci, protagonista de la versión original.
Entonces digamos que La casa del miedo repite algunas fallas de la película que re-versiona, y sin embargo agrega cierta solidez a la trama y a las actuaciones. A pesar de esto, tiene también la desventaja de ser una remake y a los que hayan visto La casa muda, les pesará un poco estar viendo casi lo mismo.