Film uruguayo basado en hechos reales ocurridos en tierra charrúa hace más de 50 años. Una joven y su padre toman un trabajo en una casa de campo y deciden pasar la noche allí. Ruidos, gritos, suspenso y sangre conviviendo durante 78 minutos en tiempo real.
Lamentablemente el cine uruguayo resulta, en la mayoría de los casos, limitado por la suerte que corre la película en cuestión al estrenarse en nuestro país. Suelen vivir a la sombra de los films argentinos y pocas veces pueden destacarse en géneros convencionales como el drama; ni hablar de géneros menos concurridos como el terror. Teniendo esto en cuenta, trataremos de entender cómo es que La Casa Muda ya tiene su remake yankee, la cual fue presentada en el Sundance Festival.
Laura y su papá se internan en pleno campo, alejados de la ruta y cualquier pueblo cercano. Una casa que ya desde un primer momento mete miedo es la protagonista del film, las ventanas tapiadas, sin luz, sin teléfono, abandonada por muchos años y a la que quieren poner nuevamente en el mercado. De eso se encarga Laura y su padre, de la refacción. Cuando llegan un día al atardecer el patrón es más que claro: "no suban a la primera planta, hay baldosas flojas". Y como en toda película de terror, basta que lo diga para que los personajes lo hagan.
Filmada en tiempo real, sin un corte, sin montaje, con una cámara en mano que se mueve a la par de la protagonista. La casa muda es la primera película de terror filmada enteramente con una cámara digital. Podemos afirmar que estos datos que parecen meramente técnicos influyen mucho a la hora de ver el film. El clima que se genera es casi claustrofóbico, por momentos la luz es escasa, el escenario es reducido y uno no puede más que sumergirse en una atmosfera que no le es habitual.
La película, sin duda, levantará polémica y en un futuro será considerada como un film de culto latinoamericano. Terror al por mayor, y un final inesperado, inevitablemente está predestinada a hacer sufrir al espectador.