Un nuevo nombre asoma en el mundo del cine de terror y ese es el de David Bruckner. El director norteamericano, que ya había demostrado buenas intenciones con The Ritual (2017), será el encargado de la remake de Hellraiser para el año 2022. Pero previo a su proyecto más ambicioso, ha decidido sorprender con "La casa oscura", su producto más sólido hasta la fecha y el que demuestra que tiene muchísimo para ofrecer al género.
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La historia nos ubica en la casa de Beth (Rebecca Hall), mientras contemplamos la forma en que la protagonista atraviesa el duelo tras el reciente suicidio de su marido. Duelo que traerá aparejado visiones, sueños extraños y diferentes sucesos, que le indicarán a ella que hay algo más allá en la muerte de su esposo.
"La casa oscura" pudo optar por el camino sencillo y basarse únicamente en los efectos propios de las películas de 'casas encantadas'. Una fórmula que no falla, pero que ya el cine de terror ha abusado demasiado de ella. Sin embargo, acá el director decide ir un paso adelante y centrarse en algo más espinoso como es la muerte. Desde la pérdida, desde el trauma, desde la depresión, perder a un ser querido rompe los esquemas mentales pudiendo llegar a la locura.
Todo ese via crucis psicológico que incluye desenterrar información problemática estará perfectamente interpretado por Rebecca Hall, gran responsable del éxito de la película. No es un dato menor la performance de la actriz, ya que es el eje fundamental que sostiene el nivel del film. Su buena actuación nos permitirá sentir en carne propia diferentes sensaciones que serán clave para entender el avance de la trama.
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"La casa oscura" no es perfecta, claro que no. Si bien su final deja el guión atado, da la sensación de que pudo estar mejor ejecutado o al menos despejar algunas interpretaciones. Pero hay que tener algo en claro, estamos ante una película de terror superior al promedio de lo que suele exhibirse. Un viaje cargado de tensión e incomodidad al que vale la pena asistir.