Dicen, al menos, lo hace un personaje en esta película, que todos tenemos secretos. Inclusive Owen, que formaba una pareja aparentemente feliz con Beth (Rebecca Hall).
Pero bueno, un buen (o mal) día, Owen se subió al bote que tenía amarrado en el muelle, en la casa frente al lago que él había construido para vivir con su amada. Se sentó, tomó un revólver y se disparó en la cabeza.
Cuando el espectador comience a desandar La casa oscura, apreciará si aquél fue un buen o un mal día.
Porque la trama de la película de David Bruckner, un tipo adicto a las historias de terror, que ahora está precisamente rodando una nueva versión de Hellraiser, el clásico de Clive Barker, irá develando que Owen tenía más de una sorpresa para Beth. Y que no era un solo secreto.
Como muchas películas de terror, La casa oscura transcurre mayormente allí, en el hogar de Beth. Tremendo caserón, solitario, por más que la profesora piense en venderla, no sé, pasar el duelo allí. Sola. Y que haya ruidos de noche. Y que se encienda el equipo de música. Y que Owen la llame por el celular.
Lo mejor de La casa oscura es que a medida de que se avanza, los enredos son más y mejores. Beth no es de recurrir a amigas, pero si escuchara a Claire (Sarah Goldberg, de la serie de comedia Barry, por la que fue candidata a un Emmy)… A lo mejor no se complicaría la vida.
Claro, pero no tendríamos película.
Lo que pasa es que Beth quizá, tal vez, tenga parálisis de sueño. Esa es una opción. Y como viene la cosa, sería la más deseable, dentro de lo desesperante. Pero Beth no escucha consejos, y cuando descubre una foto de otra mujer en el celular de su marido, cree que Owen la engañaba.
Dejemos acá.
Rebecca Hall ha tenido, cuando en Vicky Cristina Barcelona la dirigió Woody Allen -a quien ahora aborrece- un halo entre misterioso y romántico. Algo que le viene bien a Beth, pero ello se irá diluyendo cuando la protagonista se ponga a investigar.
Inofensivos pero valientes
¿Vieron que sólo en el cine y en la literatura de suspenso, personajes que parecían inofensivos e indefensos, terminan siendo más valientes que lo que aparentaban? Los miedos y las dudas se disipan -y en el caso de Beth, más que enfrentar un duelo, lo que hace es ir más allá del dolor-, y terminan motivados para llegar al fin de la cuestión. Cueste lo que cueste, y que el público se pegue los sustos que se merezca.
Como si se tratara de alguna de las películas de Actividad paranormal, en las que todo lo malo transcurre de noche, en La casa oscura uno desde la platea espera que pronto se haga de día.
Hay apariciones sorpresivas, golpes de efecto, sonidos rimbombantes, lo sobrenatural, y un desenlace…