Un intenso thriller psicológico con Rebecca Hall
Con múltiples referencias a películas clásicas del género, el film transita su narración entre la fascinación por la esencia del ser humano y explicar aquello que escapa al entendimiento pero que se manifiesta en la cotidianeidad de la protagonista.
Beth, encarnada por la siempre efectiva Rebecca Hall, es una docente de clase acomodada que acaba de enviudar. La drástica decisión tomada por su marido (Evan Jonigkeit) le cambió la vida de un día para otro, y mientras reúne las piezas del rompecabezas para comprender detalles que desconocía de él, lo sobrenatural acude a la inmensa casa que habita y comienzan a suceder fenómenos que nadie puede ayudarla a comprender.
Entonces, allí, en ese punto en donde todo parece mentira y, en ocasiones, producto de la dolorida mente de la protagonista, La casa oscura (The Night House, 2021) urde un relato de sombras y tinieblas, en las que el devenir narrativo termina por generar más intrigas y cuestionamientos que aquellos que en el inicio se disparaban.
El inteligente guion de Ben Collins, otro conocedor del género como el realizador David Bruckner (Ritual, Amytiville, VHS), brinda información con cuentagotas sobre Owen (Jonigkeit), y convierte al espectador en un compañero de “investigación” de Beth, tratando de hilvanar las partes de una historia desconocida que llevó a su esposo a tomar la drástica decisión de ponerle fin a su vida, y que esconde en su interior, un complejo entramado de concepciones acerca de la vida, la muerte, y aquello puede marcar a fuego a un sujeto.
Con el duelo como tema central y eje del personaje protagónico, La casa oscura crea un laberinto del cual Beth no podrá escapar, pero tampoco el espectador, que irá a la par de la mujer desenrollando el ovillo de lana hasta encontrar la punta que finalmente revele qué es lo que realmente sucedió con su marido, en esa casa y con un pasado que se desconocía.
Hay muchas ideas en la película que, lamentablemente, no terminan nunca de cerrar, y se resiente la lograda tensión y climas ominosos percibidos durante la primera parte de la película.
Pese a esto, Rebeca Hall potencia la historia, con una interpretación que se aleja de lugares comunes y que además presenta un personaje femenino poderoso, que independientemente de la “oscuridad” que posee el relato, brinda destellos luminosos en escenas en las que se revela como una actriz todoterreno que se pone al hombro la película y disuelve lagunas que nunca se terminan por aclarar.