Colorida y empalagosa, con actores de lujo y muuucho romanticismo, ideal para niñas y sus madres nostálgicas. Un discurso que opone la bondad y coraje a toda prueba contra los llenos de odios y revanchismos. Que la madrastra sea Cate Blanchett es un guiño el mundo adulto. Algunos buenos trucos y el cuento funciona, como siempre.