El bosque de la madurez
Muestra el drama del pueblo Yshir, con su lucha para mantener vivas costumbres y ritos en el Chaco paraguayo.
“El escenario es el drama”. La frase, adjudicada a Albert Einstein, es la idea con la que abre la película La ceremonia. Aplicada quizá de manera caprichosa al documental de Darío Arcella, podría funcionar también como sentencia para explicar la construcción de esta historia, que muestra el drama del pueblo Yshir, su lucha para mantener vivas costumbres y ritos en el Chaco paraguayo, su lugar. Un escenario, un drama, con buena fotografía y colores poderosos, cuyo retrato no alcanza a redondear el poder que se adivina en la belleza de esta historia. No siempre alcanza con el escenario para tener drama.
Como el título lo dice, el filme se enfoca en una ceremonia, rito ancestral de iniciación para los jóvenes de la comunidad, que deben subsistir en el monte durante tres meses para asumir su paso a la adultez. Un relato mítico de un pueblo de ancianos que recuerdan sus raíces, su cultura, su añorada relación con el río, la pesca, en el pueblo Yshir. La falla quizás esté en la difícil lectura que exige la explicación de esta historia con su contexto, inseparables, irremediablemente superpuestas en un esfuerzo por transmitir una cultura que choca contra la complejidad.
Por un lado el rito, la Diosa que guía a los jóvenes iniciados, llevados al bosque en busca de su disciplina, de consejos. Por el otro el éxodo, el viaje inconcluso de los aborígenes. Por momentos parecen actores los miembros de la comunidad, un mérito de Arcella, que sueñan canciones dictadas por sus dioses y bailan con atuendos típicos, pintados. “Lo que más recuerdo es que una persona, para ser hombre, debe tener coraje. Dormir allá, solo, en el bosque. Enfrentar tus temores y saber superarlos, solo”, dice uno de los ancianos, y vuelve inevitable la odiosa y descontextualizada comparación con la infancia actual, reino del consumismo, con la pregonada adolescencia eterna, otras ceremonias, que sorprenden cada Día del niño, que contrastan cada vez más con aquéllas, las del paso a la adultez.