¿Qué pasa cuando no le creemos a los chicos cuando sufren abuso? Crítica de La Chancha.
La dirección de Franco Verdoia en “La chancha” reproduce una composición y un relato que por momentos toma esencias del suspenso, terror y drama psicológico. La combinación de lo inesperado, el miedo y la exposición de una confesión tan desbordante; a la vez encapsulada surten un filme intrigante y representativo sobre el acoso infantil. Por. Florencia Fico.
El argumento de la película se basa en los personajes de Pablo( Esteban Meloni) y Miguel (Puma Goity) quienes han residido en Las Varillas, luego de unos años se encuentran en La Cumbre en el momento que los dos están en vacaciones con sus parejas. Lo que apareja declaraciones sorpresivas cuando la esposa de Pablo halle el por qué le incomoda la aparición de Miguel a su marido.
El director y gionista cordobés Franco Verdoia calibra con solidez, sutileza y respeto la exposición de una parte delicada de su vida en la piel de Pablo o Esteban Meloni. Ellos se amalgaman con un ensamblaje perfecto sin caer en una autobiografía si no un retrato intimista y realista.
En cuanto al guión pone en jaque al protagonista quien en su camino de sanación ya es adulto y ese punto de partida lo hace atractivo. La narración de Vedoia sobre lo encapsulado se convierte en un insumo para crear el clima de thriller. Esa confesión retenida es la clave de la tensión descriptiva. La vigilia hacia la huella traumática se vuelve de principal interés. Asimismo la visualización del victimario es en ocasiones metafórica visualmente, la representación dual del perverso apreciada y aterradora. En el texto del filme hay mucha personalización simbólica entre Pablo y Miguel en animales.
La fotografía de João Castelo Branco aprovecha todo el caudal de locaciones disponibles en Córdoba desde sus sierras con tomas panorámicas, las capturas aéreas en las aerosillas, el seguimiento en el Camino de Las 100 curvas. Además el tratamiento de enfoque y desenfoque en los animales de granja es el caso de los chanchos, en ellos hay particular atención con planos detalle y entero ya que hay una connotación melancólica que lo conecta con el protagonista y su violador.
El sonido directo recolectado por Federico Disandro es fundamental con el gruñido, chillido y los gritos del chancho provocan diversas sensaciones al espectador y en el relato fílmico son como signos de violencia, muerte, nerviosismo, alerta y despiertan en los personajes de Miguel y Pablo una memoria sensorial y emotiva que los hace irritar y estremecer. La música original de Leo Heinkin y Kiko Ferraz con la canción “Cuchillito” alcanza para desatar el clímax de la ira de ambos personajes.
Los dos artistas Esteban Meloni como Pablo y Gabriel Goity como Miguel llegan a copar el filme. El primero Meloni tiene grandes momentos de interpretación que recorren desde la desilusión, un pensamiento que lo hostiga y lo hace preso de un cazador, también una minuciosa escena de ataque de pánico, y una sed de resarcimiento personal.El segundo Goity es el contrapunto, la criatura sin vergüenza, oscura, intimidante y sociable, pedófilo hasta psicópata aunque construye una versión querible.
La actriz brasilera Raquel Karro, interpreta a Queli la esposa de Pablo, ella encarna un personaje contenedor aunque disperso, tiene matices que desarrolla su costado molesto y carácter fuerte. La comediante y actriz Gladys Florimonte despliega a la esposa de Miguel “Alicia”, muy carismática, chistosa aunque en su justa medida y a veces enigmática.
Como hijo de Pablo y Queli, está en la piel del actor Rodrigo Silveira como Joao con una impronta inquieta y rebelde le pone una cuota de inocencia y preocupación. Verdoia incorpora y hace visible a una actriz con síndrome de Down que aparece en los márgenes como una clara declaración a poner frente a cámara sectores menores de edad que quedan segregados y la voz de los chicos muchas veces es descreída.
El filme con los actores Esteban Meloni y Puma Goity le dan personalidad a la película donde lo perturbador se pone en la piel y en foco. Verdoia tras plasmar un drama psicológico sube la vara con una película de suspenso y una destacable denuncia sobre la vulneración de los derechos en las infancias a ser escuchadas y protegidas.
Puntaje: 85