Para no verte, mejor
Tomen algo de "La Aldea" de Shyamalan, bastante del clásico "El Hombre Lobo", una pizca del cuento de Caperucita Roja y mezclen todo con el romanticismo berreta de "Crepúsculo" que impone la directora de la primera entrega de la historia de los vampiros, ahora dedicada a impregnar con el mismo tono esta versión muy libre del clásico infantil.
La protagonista ya no es una niña, sino una mujercita con las hormonas a tope enamorada de un muchacho de la aldea. Pero su madre tiene otro plan para ella, casarla con el hijo de un hombre con una mejor posición económica. Mientras tanto un licántropo azota la villa y los lugareños ya no saben como enfrentarlo. Cierto día llega a la aldea el Padre Salomon, interpretado por un Gary Oldman con piloto automático, sujeto especialista en la captura y matanza de hombres lobo que impone restricciones en el lugar.
El pastiche anodino que es esta película sólo nos impone advertir sobre su falta de sustancia, monotonía y vulgaridad en el relato. El marketing y las necesidades adolescentes harán lo suyo para llevar público al cine, mientras nosotros les recomendamos que aprovechen su tiempo en ver algo mejor.
Nuestra calificación: Esta película no justifica el valor de una entrada.