A Caperucita le sienta el terror
No es la primera vez que, partiendo de la base del clásico infantil «Caperucita roja», un director termina aportando algo interesante al cine de hombres lobos. Ya lo había hecho Neil Jordan en una de sus mejores y menos conocidas películas, «En compania de lobos», que convertía la archiconocida historia en una estilizada película de terror .
Ahora la directora de la transgresora «A los 13» y de la mucho más exitosa pero menos interesante «Crepúsculo», Catherine Hardwicke, toma el asunto de frente ya desde el título original, «Red Riding Hood», que perfectamente podría haberse traducido como «Caperucita Roka».
La película es despareja y, sobre todo, tiene un comienzo muy flojo, con un prólogo super cursi con dos niños atrapando un conejo para matarlo sádicamente, y luego convertirse en adolescentes de un pueblo medieval asediado por el miedo al lobo, que obviamente no es un animal sino un temible licántropo, con el que los aldeanos han realizado un pacto de no agresión, sacrificando su mejor ganado las noches de luna llena para evitar las víctimas humanas.
Pero una «noche de lobo», como le dicen en el pueblo, la tregua se rompe y el lobo vuelve a matar nada menos que a la hermana de la protagonista, que aún está a media película de recibir de manos de su abuela (la mismísima Julie Christie) la capa roja del título.
La película se vuelve realmente interesante y por momentos muy lograda cuando empiezan los ataques masivos del lobizón, lo que sucede en simultáneo con la entrada en escena de Gary Oldman como una especie de cazador oficial de monstruos de la Iglesia. Con algo de inquisidor y algo de Van Helsing, el personaje de Oldman tiene un fascinante doble filo entre cruzado en lucha contra el mal y fanático religioso, obsesionado con su presa al punto de tener uñas de plata para nunca estar sin defensa contra la bestia.
Poco a poco, «La chica de la capa roja» se va transformando en un buen film de terror, con escenas gore que faltaban en «Crepúsculo», y un sólido elenco que ayuda a mantener el interés en los aspectos románticos y la duda principal acerca de la verdadera identidad humana del lobo. Plásticamente, el film tiene grandes hallazgos como todos los gadgets antimonstruo de Gary Oldman y los alucinantes paisajes terroríficos donde transcurre la acción. Y la música de estilo dark, mucho más rockera que la típica banda sonora de un film de terror, ayuda a hacer de esta Caperucita una película de terror original y recomendable.