Caperucita perdió la inocencia y protagoniza una historia de amor prohibido.
Caperucita Roja. Todos conocen el cuento, ¿no? Bueno, ahora (y gracias a la tendencia) la inocente (y tétrica) historia de Charles Perrault se convirtió en una película de amor adolescente con ciertos matices de suspenso y terror. El pueblo de Daggerhorn vive con temor, ya que un hombre lobo habita en los bosques. Al principio, gracias a sacrificios de animales y ciertas reglas, viven en tregua, pero pronto se rompe cuando la hermana de Valerie (Amanda Seyfried) es asesinada por la bestia. Ahora, todos los hombres del pueblo se unirán para combatir a este monstruo, pero una ayuda indeseable también llegará: el padre Solomon (Gary Oldman), un especialista en seres sobrenaturales que ratifica el dicho “es peor el remedio que la enfermedad”.
Mientras tanto, Valerie vive dentro de un triangulo amoroso que forma con un rico y joven herrero, con quien su familia ya arregló el casamiento, y con un pobre leñador. ¿Podrá más el amor o el dinero? Oh, los dilemas juveniles.
La Chica de la Capa Roja (Red Riding Hood, 2011) es una aproximación de la directora Catherine Hardwicke al clásico cuento de Perrault. Pero esta aproximación falla por casi todos los lugares. Por empezar, y con buenas intenciones, se eligió un soundtrack moderno, para contrastar con las imágenes rurales y antiguas de Daggerhorn, pero nunca termina de quedar bien. Es más, da la sensación que sólo lo hicieron para vender discos.
Por otra parte, la directora vuelve a encarar un proyecto con el cual no tiene buenos antecedentes: recuerden la primera parte de Crepúsculo, la peor de la saga que, pese a los buenos resultados en taquilla, provocó que Hardwicke no siguiera en esa franquicia. La historia y la estética son similares, y también los errores cometidos. Esta vez, decenas de evidentes pistas falsas de desperdigan por toda la película, pero son tan obvias que es imposible prestarles atención. El final sorpresivo termina siendo predecible y durante la hora y media que dura uno no puede dejar de pensar en cuánto se tomó para hacer esta película de La Aldea, la amada y odiada obra de M.Night Shyamalan.
En cuanto a las actuaciones, sorprende ver a un Gary Oldman tan apagado. Un actor de su categoría podría lucirse mucho más, pero da la sensación que se tiró a menos para emparejar con el resto del elenco. La protagonista demostró en varias ocasiones que tiene cualidades para la actuación, pero no en esta, ya que la directora prefirió dejar en claro a través de planos cortos y escenas sensuales que es una chica hermosa (algo evidente) en lugar de dejarla explorar a su personaje a través de un trabajo actoral decente.
En definitiva, La Chica de la Capa Roja es un intento de enganchar al público cautivo de estas nuevas historias de amor imposible con guiños de suspenso, pero lo único que logró es confirmar que este no es un género que le caiga en gracia a nuestra querida Catherine. A todos nos gustaría que vuelva a hacer de la calidad Lords of Dogtown o A Los 13, pero si ella escogió este camino, ella sabrá sus motivos, y seguramente su cuenta bancaria también.