La vengadora tatuada
Con un título que deja mucho que desear, llega, de la mano de David Fincher, una nueva adaptación del primer tomo de la trilogía Millenium del escritor y periodista sueco Stieg Larsson. Dicho autor, fallecido en 2004, no tuvo la suerte de ver publicadas sus obras y mucho menos de imaginar que llegarían a la pantalla grande, primero en su versión sueca y ahora en la remake norteamericana.
En esta primera parte de este policial negro, se nos presentan de manera paralela las historias de los dos protagonistas de toda la saga: el periodista e investigador Mikael Blomkvist (interpretado por Daniel Craig), y la andrógina, gótica y dark investigadora y hacker Lisbeth Salander (Rooney Mara). Dichos personajes se mueven en una Suecia perturbada, donde la corrupción y la violencia están a la orden del día.
En sus 158 minutos de duración, La chica del dragón tatuado no le dará un respiro al espectador, tanto por la complejidad del caso policial a resolver y por la cantidad de detalles y nombres, como por situaciones inesperadas que irrumpen en la historia, por momentos de gran violencia, en varios casos de tipo sexual, no aptos para personas impresionables. Dichos efectos en el espectador son directa consecuencia del gran realismo con el cual Fincher envuelve toda la película. A esto se le suma la presencia constante de escenarios lúgubres, espacios oscuros, paisajes gélidos de Suecia, casas abandonadas: fórmula perfecta para ambientar un policial, como ya había hecho en sus anteriores obras maestras El club de la pelea y Pecados capitales.
Las actuaciones también merecen una mención especial, particularmente la de Rooney Mara, quien nos tenía acostumbrados a personajes de poca complejidad y con características no tan fuertes como el de Lisbeth. El trabajo de esta muchacha es realmente excelente. A eso se le suma la dificultad del papel, al tener que interpretar escenas de violencia tan explícita, inclusive una violación. Es también muy buena la actuación de Daniel Craig aunque, inevitablemente, el foco de atención recae sobre esta heroína postmoderna, víctima directa de la sociedad enferma en la cual le tocó nacer: un mundo lleno de “hombres que odian a las mujeres” (título original de la novela sueca), asesinos seriales, violadores, estafadores.
En fin, se trata de una buena película que despierta el interés del público tanto para salir corriendo a la librería a comprar el libro, como para esperar con ansiedad un siguiente capítulo de dicha historia.