La chica del tren

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

El film presenta ecos del cine de Hitchcock pero muestra el horror cotidiano desde una óptica en la que el suspenso se desvanece. Una mujer divorciada y alcohólica -Emily Blunt- espía desde la ventana del tren la vida de una pareja aparentemente "perfecta".

Este thriller psicológico, una adaptación de la exitosa novela de Paula Hawkins, presenta varias aristas que, por momentos, confunden al espectador para poder crear una atmósfera de intriga y suspenso.

La chica del tren gira en torno a Rachel -Emily Blunt, sin dudas lo mejor del film-, una mujer devastada por su divorcio que viaja diariamente en tren hasta Manhattan y observa desde la ventana a una pareja aparentemente feliz que vive en una casa. Involuntariamente, se convertirá en testigo de un hecho que la llevará a investigar lo que allí ocurre.

Si bien la trama presenta ecos del cine de Alfred Hitchcock, decide mostrar el horror cotidiano a partir de las vidas de tres mujeres: Rachel, Anna -Rebecca Ferguson-, que tiene un bebé con el ex marido de la anterior y la más joven, Megan -Haley Bennet-, sobrevivientes de vidas complejas atravesadas por maridos, encarnados aquí por Justin Theroux y Luke Evans.

La película de Tate Taylor -el mismo de Historias cruzadas- pone el foco en el misterio y presenta un buen comienzo con la mujer alterada y alcohólica que espía la vida de los demás, pero con el correr de los minutos, la tensión se escapa y detiene su marcha -las escenas en el túnel-, contrariamente a lo que hace el tren desde el inicio del relato.

Un cóctel narrativo presentado de manera no lineal que suele desviar la atención del espectador y que abarca infidelidad, engaño, violencia familiar y crimen, con una mujer confundida que no sólo transmite ese estado a la policía que investiga un asesinato, sino también al público.

Quizás los fanáticos del best seller decidan quedarse con la lectura antes que con la visión de un film que prometía más y resulta previsible, pero que se sostiene gracias a la actuación impecable de Blunt, eje de todo el andamiaje que encamina a los personajes hacia un espiral de violencia.