Esta es la cuarta y última entrega de la saga Millennium, creada originalmente por el sueco Stieg Larsson, ahora dirigida por el uruguayo Fede Alvarez (“No respires”). La heroína en esta oportunidad se tendrá que enfrentar con terribles villanos y viene de un pasado oscuro, que mucho le marcó la vida. Tiene un toque a Nikita de Luc Besson y al James Bond de Daniel Craig.
La sueca Lisbeth Salander (interpretada por la británica Claire Foy, es una muy buena actriz, está genial) es una hacker creativa, es muy poderosa, justiciera y sus peleas son extraordinarias, tiene una gran destreza, es una máquina de ejecutar, pero también tiene sus momentos emocionales. Algunos personajes secundarios no están del todo aprovechados y existen fallas en el guión.
Una historia que además habla del abandono, del abuso, del poder, la corrupción, la maldad y el afecto. Contiene mucha acción, misterio, conspiraciones y persecuciones. Su desarrollo resulta dinámico, no da respiro, contiene luchas con coreografías prolijas, espectaculares explosiones y escapes en motocicleta y en automóviles, bajo una buena ambientación, interesantes planos, una fotografía bellísima, entre locaciones que cuentan con un paisaje nevado, buenos contrastes, una buena paleta de colores y visualmente muy cuidada. Es un thriller para pasar un buen rato, muy entretenida.