La chica que soñaba con un fósforo y un bidón de gasolina

Crítica de A. Degrossi - Cine & Medios

Y dame el fuego...

Un novel periodista junto a su novia lleva adelante una investigación sobre el tráfico de mujeres para su explotación sexual, que ofrece a la revista Millenium para su publicación. El chequeo de las fuentes involucra a personajes de peso, personal de seguridad y políticos, y conlleva un previsible riesgo para quienes sigan la pista. De hecho el joven y su novia son asesinados y la policía determina que la homicida no fue otra que Lisbeth Salander (Noomi Rapace).
Sin embargo Mikael Blomkvist (Michael Nyqvist), periodista estrella de Millenium, no cree en la versión oficial y se pone a investigar por su cuenta para probar la inocencia de Lisbeth. En este punto es necesario aclarar que la visión de este filme requiere haber visto el anterior "Los Hombres que no Amaban a las Mujeres"; de lo contrario poco se comprenderá acerca de lo que une al periodista con la hacker marginal y el contexto general de la historia.
Aquellos que leyeron el libro en el que se basa este filme notarán el apego que el director tuvo a la estructura original. Moroso en su construcción, con un crescendo lento pero constante, Daniel Alfredson logra plasmar el ritmo que Larsson imprimió al relato, sin distorsionarlo con efectismos ni giros más propios del cine estadounidense.
En definitiva todo está armado para conocer la historia de vida de Lisbeth, su pasado toma forma en esta segunda entrega y se perfila una tercera que promete un desenlace digno de la trilogía que dió fama post mortem a Stieg Larsson.