Pero termina haciendo agua.
La trilogía Millenium, escrita por el difunto periodista Stieg Larsson, sigue siendo un suceso literario en todo el mundo. La adaptación del primer libro a la pantalla grande, Los Hombres que NO Amaban a las Mujeres gozó de varios aciertos y algunos fallidos. En esta segunda entrega, los resultados se invierten proporcionalmente, se terminan multiplicando las limitaciones del film que inauguró la saga, mermando los logros del primer intento tan arriesgado.
Para empezar no es el mismo director, tampoco el guionista que realiza la adaptación de un escrito tan complicado. La película de este segundo libro la dirige Daniel Alfredson con amplia trayectoria televisiva y hermano mayor de Tomás Alfredson, el responsable de la excelentísima Criatura de la Noche. Evidentemente se nota el cambio de equipo, los momentos intensos y de extrema tensión que logró su antecesora, en esta versión no logran sostenerse en el mismo nivel.
Luego de la experiencia vivida juntos, Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander se pierden el rastro, mientras él prosigue con sus investigaciones periodísticas en el grupo Millenium, ella viajó por el mundo hasta que decide regresar a Suecia, para rehacer su vida y arreglar cuentas pendientes con su tutor, quien había abusado de ella, en la anterior parte. Pero hay una serie de asesinatos relacionados con el comercio sexual ilegal, y por algunos avatares del destino, Lisebth es la principal sospechosa.
Al no poder ser encontrada, Mikael intenta buscarla, no porque sospecha, al contrario, el desarrolla una investigación paralela a la justicia, y sabe que es inocente, pero teme por su vida, ya que los mafiosos encargados de los asesinatos son pesos pesados. A su vez Lisebth también realiza un rastreo para saber quienes son los verdaderos criminales y en ese rodeo se chocará con un pasado bastante doloroso.
Adaptar al cine una obra literaria tan extensa, es una tarea complicada, de hecho, en el poco más de dos horas que dura el film, la ficción termina siendo muy desordenada. Aparecen cataratas de nombres, datos y pruebas que hacen que el espectador pierda un poco el hilo de la trama. Comienza a desarrollar todo el circuito oscuro que hay detrás de la prostitución, donde las víctimas son mujeres traídas de Europa Oriental, pero queda a mitad de camino, el conflicto inicial culmina siendo un decorado. Se infiere corrupción policial, pero no se despliega.
Aparentemente se da por sentado, que los espectadores han leído el libro, y varios hechos ocurridos terminan siendo muy inverosímiles, faltan fundamentos que permitan una mayor comprensión de lo que va ocurriendo. Mikael esta vez aparece muy apagado, aquel personaje intenso de la primera parte, queda rebajado a la fascinación y deuda que siente por Lisbeth.
Hay un personaje antagonista que podría ser muy rico. Es un hombre grande y morrudo, sufre de una enfermedad que lo hace anestésico al dolor, esto lo transforma en prácticamente indestructible. No se logra profundizar mucho en las características de este villano tan particular y en el vínculo que lo une a la protagonista.
Pero no todo es malo. Tiene el estilo de un policial americano, y esto hace que a pesar del caos, por momentos se genere cierta expectativa. La música es apropiada, logra transmitir una tensión anunciante. Goza de buena fotografía y algunos planos de la pintoresca ciudad de Estocolmo, le dan cierta belleza estética.
Nuevamente lo mejor del thriller es Noomi Rapace, en la piel de Lisbeth, esta chica parece haber nacido para este papel. Cuando ella aparece el filme se torna más cautivante y a pesar de ser un personaje tan border y oscuro, es lo más brillante de la película y consigue que uno pueda identificarse con ella. Lamentablemente el rasgo piromaníaco que se esboza en el título y que dejaba en suspenso en la historia anterior, en esta segunda parte hace agua y queda inconcluso.
En fin, con Los Hombres que NO Aman a las Mujeres, había dicho que es una buena opción para ver por DVD alguna tarde o noche. Esta segunda parte se reduce a esperar que la den por cable, si no hay otra mejor opción, excepto a los fanáticos de Millenium, quienes si toleran las desprolijidades de la adaptación, no se pueden perder una muy buena interpretación actoral de su heroína sueca.