Criteriosa versión fílmica de un éxito editorial.
Este filme está basado en el libro homónimo de Delia Owens que se logró convertir en un best seller gracias a la recomendación de la actriz y productora Reese Witherspoon que quedó maravillada con la novela y se deshizo en elogios en su web personal, visibilizándola de forma masiva cuando hasta ese entonces estaba pasando más bien desapercibida.
La historia nos narra la vida de Kya, una chica que creció en los pantanos de Carolina del Norte, rodeada de la naturaleza, pero pronto se ve involucrada en un asesinato que no cometió.
Contrario a las historias coming of age, donde todo nos lo pintan color de rosa, la trama tiene no sólo tintes policiales, sino que también logra que empaticemos con Kya (interpretada magistralmente por Daisy Edgar-Jones), que pasó de la violencia familiar al abandono para refugiarse en la naturaleza y poder reconstruirse como persona.
El factor discriminación es un elemento que constantemente se remarca y eso tiene que ver con el contexto que nos presenta la historia.
A Delia Owens le llevó años escribir la novela y no pareció importarle tener más de 70 al momento de su publicación. El tiempo valió la pena, los detalles con los que escribió fueron fundamentales para llevarla a la gran pantalla.
Más que una ficción la historia parece una biografía de la propia autora (que vivió con su esposo en un lugar tan lejano como Islandia) de ahí la minuciosidad en su descripción sobre cómo plasmó la soledad y se refleja su imaginación si estuviera sola.
Olivia Newman, que había dirigido First Match en 2018, le aportó drama, aunque también es común en las adaptaciones bajarle el tono para que tenga un público más accesible, con más que aceptables resultados.
Si querés buscar un buen drama y alejarte de un tipo de cine que hoy se rige por el lema “vamos a ser inclusivos”, esta es tu película.