Una joven médica, mientras atiende un consultorio humilde, no abre la puerta después de hora a una chica que toca el timbre. Esa chica muere. A partir de allí corren dos historias: una, policial, para averiguar el nombre de esa chica. Otra, espoleada por la culpa y la responsabilidad, la de la transformación de una exigente profesional en una médica empática. Parece trivial, pero es en los detalles y en el realismo sin concesiones de los Dardenne donde se crea la emoción. Una lección de cine.