Los primeros minutos vemos una doctora que es atenta y amable con sus pacientes, hasta ahí una a historia simple, pero toda la tensión se desencadena cuando la policía le pide a esta joven doctora los vídeos de seguridad ya que han encontrado a una joven inmigrante muerta en las inmediaciones del consultorio donde atiende. Jenny se conmueve y toma cartas en el asunto comenzando a buscar como murió esa joven y cuál es el nombre de la misma para que tenga un entierro digno. Comienza a pensar todo el tiempo en esa chica muerta, se siente culpable por no haber abierto la puerta minutos antes de su muerte. De esta manera comienzan a mostrar los hermanos Dardenne otra realidad de la sociedad belga, los inmigrantes, gente de clase media-baja y los marginados. Con la cámara en mano sigue en todo momento a cada uno de sus personajes en su rutina, logrando mantener la tensión, el suspenso, la intriga y hasta logra captar situaciones absolutamente intimistas. Cuenta con la buena interpretación de la actriz Adèle Haenel que a medida que transcurre la historia nos muestra como se va transformando su vida, su rostro y un abrazo contenido cerca del final muy emotivo. Una vez más vemos a Olivier Gourmet y Jerémie Renier los actores fetiche de los Dardenne, en destacados papeles secundarios.