El aclamado film de Haneke que, pese a ser la favorita, se fue con la manos vacías del Oscar 2010, es no sólo una gloriosa entrada más en la filmografía del realizador de Funny Games y Caché, sino acaso su obra maestra. Situada en tiempos apenas anteriores a la primera Guerra Mundial, La Cinta Blanca narra los cada vez menos espaciados exabruptos de violencia en un pequeño pueblo donde todos desconfían de sus vecinos, y actúan ya sea por temor a represalias o por puro odio y venganza.
Haneke hace de éste un nuevo ensayo sobre la violencia, y la retrata de manera seca, fría y contundente: los golpes físicos duelen casi tanto como las agresiones verbales entre sus protagonistas. El narrador en off, quien recuerda todo lo que el espectador ve en la pantalla grande, advierte desde un principio: "no sé si lo que aquí cuento realmente sucedió así, pero en todo caso quizás pueda explicar mucho de la historia de este país". Si no la explica, pega en el palo.