Hace poco Sandra Bullock anunció que se retira (seguro que de manera momentánea) de la actuación y es una lástima que sea con este film tan estúpido.
Ojo, la película es lo que es y no lo camufla: una comedia delirante que rompe el verosímil. Por lo tanto, no hay engaño, pero no llega a ser consumo irónico. El problema es que no te hace reír salvo por un par de escenas en las cuales se luce Brad Pitt en un gran cameo.
Está bueno que Hollywood se meta otra vez en el mundo de las novelas de romance “épico y exagerado” tal cual ocurrió hace casi 40 años con Romancing the stone (1984) y su secuela La joya del nilo (1985), pero esos films tenían cierto encanto que este estreno no posee: sus personajes.
Aquí nunca nos enganchamos con las pobres morisquetas de Bullock o lo acartonado de Channing Tatum, ni con el querible Daniel Radcliffe. Ni vale la pena hablar de la puesta de los hermanos Dee en dirección, todo muy de Estudio, todo a manual.
En definitiva, La ciudad perdida es una mala comedia que solo nos regala un buen momento en la genial filmografía de Brad Pitt.