Es un documental, opera prima del boliviano Eduardo Gómez, en una co-producción entre Bolivia, España y Argentina, que hurga en la función del hombre como depredador de la naturaleza, como destructor de culturas y también como constructor de ciudades y casas, que alguna vez volverán a ser ruinas. Un proyecto ambicioso que recoge testimonios en zonas bolivianas y del sur argentino que tiene altibajos. A valiosas reflexiones y algunas imágenes muy potentes, le da el mismo valor que a la cotidianeidad e ingenuidad de los obreros que participan, sin decisión propia y por necesidad, de lo que ocurre. Entonces se mezclan trabajos científicos con tradiciones valiosas y creencias populares orales , solo enumeradas. Desniveles que no invalidan la ambición un tanto desmesurada de esta producción.