La conquista de las ruinas es una película documental con varios personajes que no interactúan entre sí pero que se vinculan de diferente manera con la tierra. Filmada en blanco y negro en escenarios de Villa Chocón, entre las provincias de Río Negro y Neuquén y también el territorio boliviano de Cochabamba y el delta del río Paraná. Sus protagonistas son un minero que trabaja en una cantera, un obrero de origen boliviano que desde hace años se desempeña en la industria de la construcción en Buenos Aires, un paleontólogo y dos miembros de una comunidad aborigen que luchan contra el avance de los barrios privados.
De forma fluida la película los conecta y escucha sus historias. Desde ideas complejas sobre la sociedad a bajadas de línea un poco obvias, pasando por historias de espíritus, la película es bastante sobria aunque claramente toma partido y marca postura ideológica. Pero los mismos obreros de la construcción de ríen con los relatos de fantasmas que son tomados con profundidad por otros personajes.
Pero lo que le da un balance positivo al film es la capacidad del director de encuadrar y fotografiar en impactantes planos generales, de la naturaleza o urbanos, marcando desde lo cinematográfico lo que las personas buscan decir con palabras. Por momentos la película logra ser misteriosa y bella, mostrando casi siempre un cuidado estético que es su discurso más contundente.