Con el efecto "Lost"
"La Cordillera" es una película que el espectador no va a estar esperando, y eso puede jugar como una grata sorpresa para algunos pero para la mayoría creo que va a resultar un shock que dejará un gusto amargo. Para entender mejor la dinámica de este film primero hay que conocer a su director y guionista, Santiago Mitre, un tipo metódico, de origen escritor y narrador por excelencia, que está obsesionado con los entramados del poder político. Mitre no es un director muy literal, no hace cine de fórmula y eso es una hoja de doble filo. Por un lado se le agradece su búsqueda de un cine inteligente que comprometa al espectador y no le de todo servido en bandeja, pero por otro lado deja demasiadas puertas abiertas en sus guiones y no es amigable para con el espectador promedio.
Ojo, no me refiero al espectador de esta manera con ánimo de ofender o rebajar, para nada, por el contrario me refiero a lo que el grueso de personas va a buscar al cine y ese grueso es lo que en definitiva le da vida al cine como tal. El espectador está acostumbrado a una fórmula narrativa de la cual le cuesta correrse, pero cuando el film está muy bien concebido y moldeado, logra vencer esa barrera y le permite disfrutar de un producto distinto, que si bien puede no ser una experiencia amable, es una experiencia finalmente satisfactoria y que expande su riqueza cinéfila. En el caso de "La Cordillera" creo que la mayoría no logra llegar a ese estadío y sólo se queda con una sensación de insatisfacción que supera a la incógnita y las ganas de repasar el camino para entender mejor lo que pasó. Se abren demasiados frentes que tienen hasta incluso matices sobrenaturales y sobre el final de la película quedan muchos abiertos. Esto produce un sentimiento de angustia en el espectador que no es bueno. En cierta manera me hizo acordar a la serie "Lost". En la misma se había avanzado sobre varios frentes que resultaban hipnóticos e interesantes, pero sobre la hora del cierre de la historia se dejaron muchos aspectos sin explicar y con pocas pistas para poder resolverlos. Dejar algo librado a la libre interpretación del espectador está bien, pero dejar muchos aspectos distintos, es un poco cruel.
Si vamos a las interpretaciones, la producción, la temática madre planteada y los climas creados, no hay nada para reprochar, por el contrario son ingredientes muy bien cuidados y que hacen crecer al cine nacional. Ricardo Darín está impecable en su rol de presidente argentino. Acompañan muy bien Gerardo Romano, Dolores Fonzi y Érica Rivas, tres actores de primera línea que la están rompiendo.
La narración por su parte es pausada y detallista al máximo, pero así y todo logra crear una atmósfera de tensión y poder que se deja disfrutar.
Como conclusión, "La Cordillera" va a gustar bastante a la critica especializada pero no tanto al público en general. Este último sentirá que justo cuando comenzaba a sentirse a gusto con la dinámica de la película se la van a terminar de manera brusca y se quedará con más dudas de las que hubiera querido.