La Cordillera: La génesis del mal.
Este jueves llega a la pantalla grande “La Cordillera”, una propuesta de Santiago Mitre que consolida un thriller psicológico original en el cine argentino, ya que expone la vida política por dentro para comprobar una realidad encubierta pero visible: “El mal existe”.
“La Cordillera” llega este jueves a todos los cines argentinos con una propuesta original y realista, que expone la visión de los personajes que se encuentran dentro del mundo político, sobre la cual el ciudadano no suele tener acceso.
La historia se centra en Hernán Blanco, el presidente argentino caracterizado por ser una persona de bajo perfil y carácter. Sin embargo, cuando viaja a la cumbre de líderes latinoamericanos en Chile, el protagonista se enfrenta a dos dramas principales: en su profesión como político, cuando debe enfrentar corrupción y negocios encubiertos para lograr sobrevivir; y en lo personal, a partir de los problemas psicológicos de su hija, Marina, quien acusa a su padre de terribles acciones. Poco a poco, a partir de los recuerdos, el pasado comienza a afectar cada vez más su presente, alterar su personalidad y repercutir en su futuro.
“El mal existe. No se llega a presidente si uno no lo ha visto un par de veces al menos”; la frase que expresa el presidente argentino sin dudas refleja como Hernán, poco a poco, comienza a dudar de sí mismo, y de toda su realidad; los pensamientos de su hija son claves en este proceso. ¿Acaso Marina conoce más de su padre que él mismo?.
Haciendo alusión al título, justo cuando el presidente se encontraba en la cordillera, en el momento en que llegó a la cumbre más alta, es donde se encontró con los rincones más bajos del él mismo como persona y, también, como político.
La película continúa con la línea temática que acostumbra Santiago Mitre, reflejadas en “El estudiante”, o “La patota”, en las cuales el drama y la política siempre son cuestiones centrales. Según declaró el director en la conferencia de prensa de su nuevo trabajo, siempre le interesó el ambiente y busca demostrarlo en cada uno de sus productos.
En aquella oportunidad, “El estudiante” relataba la historia de la militancia universitaria; ese proyecto no había contado con el apoyo de INCAA, por lo que a puro esfuerzo y empeño Mitre pudo publicarlo. Sin embargo, hoy en día, no sólo que esta vez “La Cordillera” contó con grandes recursos económicos sino que también reafirma al director en el género, ya que logró demostrar las redes dentro de la política desde una posición neutral, sin apoyar a ningún bando en particular.
Además, convocó un elenco de excelencia: Ricardo Darín, Erica Rivas, Dolores Fonzi, Paulina García, Daniel Giménez Cacho, Elena Anaya, Alfredo Castro, Gerardo Romano, Christian Slater, Rafael Alfaro, Leonardo Franco, Manuel Trotta y Hernán Silvestre.
A causa de la gran calidad en fotografía y montaje, el film se destaca entre las demás producciones del año. Asimismo, la iluminación jugó un papel clave en cada escena, ya que en mucho planos Hernán tenía la cara tapada por las sombras, lo cual representaba la oscuridad que estaba creciendo dentro de él, o la que quizá siempre existió y nunca había notado.
La película genera cierta intriga en el espectador, y aún así, la trama no termina de explicar todos los sucesos, sino que deja muchas cuestiones que invitan a la interpretación de cada uno, favoreciendo un contexto de creciente suspenso. Sin embargo, tiene un ritmo demasiado lento por momentos, ya que hay escenas secundarias que se prolongan demasiado tiempo. Aunque forma parte de la propuesta, termina siendo innecesario.
A pesar de eso, el film es una gran apuesta del director que valió la pena ya que, mediante dos grandes subtramas, desnudó el alma de la política y todas sus redes que contaminan hasta a la persona más inocente. Es una historia atrapante y distinta, que logra escapar de la literalidad con un argumento que goza de grandes actuaciones y producción, hasta llevar al espectador a la más profunda intriga y libre interpretación.