La cosa del otro mundo

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Ciertamente uno podría decir que las adaptaciones de El Enigma de Otro Mundo están condenadas al fracaso en la taquilla. Todo el mundo las disfruta y habla maravillas de ellas, pero tienen una recaudación miserable y sólo se rehabilitan con su salida en video, en donde alcanzan (o alcanzarán) status de culto. Pasó con el original de John Carpenter de 1982 y está ocurriendo con esta precuela 2011. La critica palurda, como siempre, está dividida y la mitad la defenestra mientras que el resto la alaba (tal como el filme de Carpenter). Y esto resulta en una injusta mala fama, ya que la película de Matthijs van Heijningen Jr no marcará ningún camino nuevo, pero no es un insulto a la memoria de un clásico. No es original, es cierto, pero es un filme más que digno que no ensucia el prestigio del original de 1982.

Esta versión de La Cosa del Otro Mundo es una remake camuflada de precuela. La historia comienza de modo diferente (prácticamente siguiendo con fidelidad a la primera película, la de Christian Nyby de 1951), con el descubrimiento de la nave enterrada en el hielo y el cuerpo del alien, el corte del mismo en un bloque de hielo, el traslado a la base y su posterior descongelamiento. Luego vienen todas las correrias y matanzas varias y, por último, se empalma con el filme de 1982, con aquel comienzo clásico en donde el perro infectado venía corriendo sobre el hielo mientras un helicóptero lo perseguía. Pero el grueso del filme - la parte central, que acontece en la base - no dejan de ser variaciones sobre secuencias inventadas por Carpenter en 1982. Hay otra tensa escena de testeo de infectados, hay más matanzas llevadas a cabo con lanzallamas, y hay criaturas de pesadilla que explotan de dentro de los cuerpos humanos en los momentos más inesperados.

Aún con toda esa previsibilidad, La Cosa del Otro Mundo 2011 es excelente a la hora de despachar sustos y shocks. Ciertamente ahora los efectos son mejores gracias a los modernos CGI, pero el patrón a seguir es el de los artesanales efectos en vivo que Carpenter había montado en 1982. La tecnología, en este caso, sirve para crear criaturas aún mas enormes y bestiales, engendros de pesadilla que chillan de manera escalofriante. Con toda la critica pedor... que florece por allí, ninguno ha terminado por remarcar que The Thing 2011 cumple con lo que muy pocos filmes de terror han hecho en los ultimos años, y es asustar. Y esto ocurre gracias a que la puesta en escena está cuidada, las actuaciones son creíbles, y hay un excelente clima de tensión. ¿Es original?. No, pero es una pelicula de terror realmente efectiva.

James Berardinelli remarca que La Cosa del Otro Mundo 2011 sigue más el patrón de Alien que el estilo del filme de John Carpenter. Ciertamente hay muchos ambientes mal iluminados, y cosas reptando por el suelo o por los techos, amén de otra heroína armada con un lanzallamas. En mi opinión, agregaría que el director añadió unas gotas de Los Usurpadores de Cuerpos (en especial, de la versión 1978). Hay momentos en que se ven cuerpos a medio formar o humanos idénticos fusionados por la mitad (como si fueran siameses engendrados en medio de una pesadilla). En otras secuencias descubrimos que los humanos híbridos deshechan lo que sean implantes dentales o clavos incrustados en los huesos, ya que las celulas alien no las pueden replicar. Ello da pie a una de las escenas más logradas de la pelicula, en donde se lleva a cabo un test sui generis para detectar quiénes son los infectados... lo que termina por desencadenar una masacre de proporciones épicas.

La Cosa del Otro Mundo 2011 es una solida variante sobre el filme en que se basa. Quizás se le puede reprochar la falta de originalidad, y alguna confusión con la suerte de algunos personajes, pero eso no la descalifica como vehiculo efectivo de terror. Y desde ya estaré atento a los próximos filmes dirigidos por Matthijs van Heijningen Jr, el cual ha demostrado aquí tener el pulso y la habilidad de todo un veterano para generar peliculas de horror como deben ser.