Pasar página
Wes Anderson, con los años, fue transformándose en uno de los referentes de la cultura popular en lo que respecta al séptimo arte, quizá por su fácil e inmediato reconocimiento de cada uno de sus encuadres: «Esa debe ser de Wes Anderson». Sus rasgos estilísticos se encuentran en el inconsciente del crítico de cine más puntilloso hasta el cinéfilo menos atento. Como era de esperar, The French Dispatch es otro ejemplo más de su vistoso, prolijo, simétrico y delicado repertorio.
El título ya lo sugería. La película es un rejunte de crónicas acerca de distintas disciplinas, escritas por los mimados redactores de un periódico estadounidense en una ciudad francesa ficticia en el siglo XX. El espectador asiste al film como si pasara las páginas de una revista, recurso excelentemente llevado a la pantalla por el director.
Aunque exista un fino hilo que ata entre sí los relatos del periódico, cada uno se siente separado del otro y tiene su propia esencia, algo que puede jugar a favor o en contra, ya que, por momentos, se hace difícil conectar con los personajes y las historias al no gozar de tanto tiempo en pantalla. Si bien cada crónica tiene lo suyo, en general se sienten de mayor a menor, y no todas brillan lo suficiente.
Los personajes principales y secundarios están a la altura de las expectativas, aunque a veces parece un desfile de estrellas del cine sin necesidad alguna. Los que más se destacan son Benicio del Toro y Adrien Brody en la que, personalmente, me pareció la mejor ejecutada de las historias. Quizá la cantidad de relatos de diversa índole sea un punto negativo para mantener enganchada a la audiencia, pero en realidad es el exceso de narración en off (justificado por el formato revista) lo que termina de saturar al espectador. La sobrecarga de información poco pertinente a lo largo de todo su metraje termina provocando tedio e irritación. El recurso de la comedia tonta funciona, pero alejado del nivel del resto de su filmografía.
Eso sí, la factura técnica es incuestionable. Wes Anderson regala una de sus películas más bellas y adorables desde lo visual, acompañada de la presencia de una banda sonora magnífica donde prevalece el piano y enciende cada escena.
En definitiva, The French Dispatch es una bella carta de amor al periodismo en la que Wes Anderson deposita con vehemencia su única visión del cine, aunque, claro está, se excede un poco de sus propios caprichos y en más de una ocasión dan ganas de pasar página.
Puntaje: 6/10
Por Manuel Otero