Una familia con problemas
No es ninguna novedad: todas las familias son micromundos, y aún en las que parecen más perfectas miradas desde afuera, si se mira un poco más de cerca, algún problema aparece. Esa es la premisa de guionista y director Gabriel Drak a la hora de acercarnos a la familia protagonista de su filme.
Jorge y Elena parecen haber cumplido el sueño de sus vidas tras 35 años de matrimonio: por fin tienen la chacra que soñaron, y a él acaba de salirle la jubilación, así que deciden reunir a sus cuatro hijos en un almuerzo familiar para festejar la noticia. Sin embargo, el cordero, esa pieza de comida tan especial que eligió Jorge para honrar la ocasión, en realidad simboliza algo que él tiene preparado para sorprender a su familia, y que no tiene que ver con celebrar.
Con la estructura de las películas “reveladoras de verdades”, poco a poco irán saliendo a la luz todos los secretos de esta familia de clase alta, víctima poco menos que de las siete plagas de Egipto.
Y ahí radica parte de su problema: los males son tantos, que llega un punto en que la situación se hace demasiado inverosímil. Incluso hay problemas que no saldrán a la luz entre los personajes, pero de los que se enterará el espectador, en un regodeo ya excesivo por parte del guión encaprichado en que sus protagonistas sufran como pocos.
Se percibe también una intención de denunciar a la clase alta uruguaya, sus especulaciones financieras, su discriminación clasista (es terrible cómo tratan a la niñera, por ejemplo). Sin embargo la idea que parece plantearse al comienzo termina desdibujándose en el desarrollo de la historia, que prefiere dedicarse a inventar más problemas que a focalizar y desarrollar algunos.
Lo peor es que todo esto está apoyado en pésimas actuaciones, casi como de ejercicio de estudiantes de teatro, detalle que no ayuda a remontar las fallas del guión. Los actores no se creen lo que están interpretando, no están bien dirigidos, y terminan por sub o sobreactuar.
Hay películas de este estilo, que buscan ser intimistas y profundizar, hablar de los problemas que pueden afectar a las personas. "La Culpa del Cordero" parece querer ir por ese rumbo, sin embargo sus fallas de guión acaban por convertir a este drama en algo que, si se hubiera tomado como parodia, tal vez habría sido una excelente comedia.
Nuestra calificación: Esta película no justifica el v