Pre-seleccionada a mejor película extranjera en los Oscar 2019, llega a la cartelera argentina el thriller danés, “La culpa”. No es novedad que el cine de Dinamarca sea sinónimo de garantía y propuestas interesantes, sobre todo porque se trata de una de las industrias que más se ha desarrollado en esta última década dentro de los países nórdicos de Europa.
Con un amplio recorrido por festivales, Gustav Moller debuta con esta ópera prima pequeña, pero muy intensa, que puede funcionar como una gran alternativa de escape a los que no quieran ver la última entrega de “Avengers”.
Asger es un oficial de policía que ha sido suspendido temporalmente de sus funciones y relegado a operador de servicio de emergencias. Cuando todo parecía avanzar como una noche tranquila, la misteriosa llamada de una mujer despertara una búsqueda frenética.
“La culpa” aplica y entiende a la perfección la fórmula: menos, es más. Gustav Moller edifica un thriller tan sencillo como potente, que hace de su economía en escena una fortaleza. Dura solo 80 minutos, transcurre toda en un espacio (la oficina), y tiene a dos personajes, uno que vemos durante
toda la película y otro del que nada más escuchamos su voz.
Jakob Cedergren sostiene todo el peso del film con una interpretación notable en la que nos creemos su miedo, su frustración, su enojo y todo ese viaje de emociones al cual nos transporta la cinta. La virtud de “La culpa” está en, además de suministrar muy bien la tensión, la elección de esa
duración que no estira nada más de la cuenta. Lo que Moller logra es complejo, y es meramente un acierto de dirección (el guión tiene lo suyo con sus vueltas de tuerca). Sin el correcto manejo de la trama, hubiera sido bien sencillo que la película caiga en una estructura monótona y soporífera, pero el trabajo rítmico es excelente y para que el film tenga ciertos cambios
visuales, Moller produce una sola modificación de ‘espacio’, que se quiera o no, le da oxígeno y variante a la imagen.
El cine danés lo vuelve a hacer. Interesantísimo thriller pese a lo sencillo de la propuesta. La limitación de salas hará que la película este muy poco en pantalla, así que hay que apurarse.