Nos encontramos ante un thriller fuerte, intenso y con una gran carga dramática; esta es la ópera prima danesa del director sueco Gustav Möller, todo su desarrollo se limita a un solo espacio, una oficina de Copenhague, que con el correr de los minutos y las situaciones que vive el protagonista es muy asfixiante y hasta claustrofóbico, donde se va generando un clima angustiante, te mantiene alerta, expectante e incómodo.
Se maneja bien la cámara, con buenos planos, pero uno en especial, el plano corto y detalle. Con el gran trabajo interpretativo de Jakob Cedergren, en cada gesto, miradas, silencio, traspiración, porque todo su desarrollo va a través de este personaje, el sonido y las voces del otro lado de la línea; tiene sus momentos lentos aunque otros resultan ágiles.