Los fantasmas de del Toro.
Crimson Peak es el retorno de Guillermo Del Toro a sus orígenes, al estilo que supo consagrarlo en la industria cinematográfica y le abrió las puertas de Hollywood. Luego de muchos años de proyectos alternativos, el director mejicano regresa con una historia de fantasmas, frenética y apasionada, fácilmente comparable con sus obras españolas en cuanto a la estética, aunque levemente inferior en cuanto a la calidad narrativa.
Es fácil reconocer el arte de Del Toro detrás de las imágenes. Las reminiscencias con El Espinazo del Diablo y El Laberinto del Fauno son inmediatas y gratificantes. Crimson Peak acapara la atención del espectador desde el comienzo con una historia lúgubre y personajes enigmáticos, creando una atmósfera innegablemente seductora. Pero los vicios de Hollywood pueden corromper incluso al mejor, y si bien los méritos de la propuesta son muchos, también existen pequeños detalles en el desarrollo de la trama que conspiran contra el resultado final. Atajos narrativos y alguna que otra resolución abreviada e inverosímil restan contundencia al relato, algo a lo que Del Toro no nos tenía acostumbrados en el cine español, pero que sí ya había evidenciado en Pacific Rim, aunque en un género completamente distinto.
Crimson Peak está un escalón debajo de El Espinazo del Diablo y varios de El Laberinto del Fauno, pero incluso así es interesante, atrapante y bienvenida. Es una película de terror gótica imperfecta, pero claramente por encima del promedio.