La cumbre con sabor a poco
Guillermo del Toro es un director talentoso, no podemos decir que no. Al fin y al cabo, ¿Quién se atrevería a criticar al tipo que dirigió una película tan genial como El Laberinto del Fauno (2006)? Sí, definitivamente, es uno de los grandes directores de este momento. Pero hay veces…que se queda corto.
La cumbre escarlata (Crimson Peak), una de las películas de “terror” más esperadas del año nos lleva al pasado, a fines del siglo XIX, a la ciudad de Nueva York. Allí conocemos a Edith (Mia Wasikowska), hija de un constructor acaudalado que aspira a ser escritora y que ve fantasmas ocasionalmente. Su camino se cruza con el de Thomas Sharpe (Tom Hiddleston), un joven inventor que lleva a la cuidad una de sus ideas (una máquina que permite sustraer arcilla roja del suelo con mayor facilidad) para presentársela al papá de Edith, con intenciones que éste invierta en ella. Luego, el anciano muere en circunstancias más que sospechosas y Edith encuentra consuelo en los brazos de Thomas, con quien se casa. El tema es que, después de la boda, debe ir a vivir con él y su hermana Lucille (Jessica Chastain), a una macabra mansión en las afueras de Inglaterra, que está aislada de todo y que parece hundirse en las entrañas de una cumbre de arcilla roja.
Crítica - Crimson Peak 1
La verdad es que la película desde su comienzo es un espectáculo visual. Entrar al mundo de La Cumbre Escarlata, es como entrar a un álbum de fotos antiguas. Asimismo, Del Toro aprovecha este ambiente de matices desgastados y sepias para destacar y contraponer a los personajes principales: justamente por esta cuestión Edith y Lucille llevan vestimentas de colores casi opuestos en la paleta.
La otra maravilla visual que tiene la película, es Allerdale Hall, la enorme mansión de los Sharpe ubicada en la Cumbre Escarlata, casi derrumbada, que se hunde de a poco en las arcillas de un rojo furioso de la montaña. La mansión parece tener vida: cuenta con un agujero en su techo, por el que todo el tiempo pasan hojas y nieve, además de paredes llenas de polillas negras. Este tenebroso hogar está en continuo movimiento e incluso parece un personaje más. O por lo menos esto es lo que pretendía Del Toro, y al final, lamentablemente no lo logró. La casa termina perdiendo todo su protagonismo.
Crítica - Crimson Peak 2
El factor PORQUE SÍ
El factor porque sí viene a ser la justificación de aquellos guiones con aspecto de inacabados. Guiones con historias que quizás, de haberles dado una mirada más o dos, probablemente hubieran resultado buenos guiones. Pero aparentemente esto no sucedió en Crimson Peak. Por eso es que el guión tiene miles de agujeros, a saber:
¿Por qué la difunta mamá de Edith se aparece cuando ella es apenas una niña para advertirle de Crimson Peak? Porque sí.
¿Por qué, entonces no se aparece el padre de Edith para advertirle acerca de los hermanos Sharpe? Pues…porque sí.
¿Por qué Edith, en el sótano de la casa, rompe el candado de uno de los almacenes de arcilla roja y sale un fantasma que luego no aparece nunca más? Vaya pregunta…porque sí.
¿Por qué la película se publicita como una película de fantasmas si los fantasmas apenas tienen que ver en la historia? Mmmmm…¿Porque sí?
¿Por qué incluyen a un bebé en la historia si luego no tiene ningún tipo de papel en el desenlace? ¡PORQUE SÍ!
Y así ad infinitum. Como dijimos anteriormente, el guión tiene muchos problemas. No sólo por el “factor porque sí”, sino también porque es absolutamente previsible. Desde el comienzo sabemos quiénes son los antagonistas y cuáles son sus propósitos. No hay nada que atrape al público en ningún momento, dado que los momentos “de terror” en los que aparecen los fantasmas no asustan demasiado. Y para culminar, el único giro sorpresivo que se da al final pierde toda su capacidad de asombro al ser anticipado varias veces durante la película y luego carece de otro giro que realmente tome por sorpresa al espectador.
En conclusión, La Cumbre Escarlata no es más que otra película de Guillermo Del Toro. Sí, es un genio como narrador y sus películas tienen esa fotografía hermosa en la que no le gana nadie, pero en cuanto a guiones se trata, Del Toro pierde por goleada. Si verdaderamente disfrutan del terror, no vayan a verla porque los dejará con sabor a poco.
Por Mariana Van der Groef