Lockhart es un financista de una prestigiosa empresa. Luego de cerrar un difícil contrato, su ansiado ascenso parece ser todo un hecho. Sólo falta que en la próxima negociación de la compañía, esté Pembroke, uno de los jefes, para evitar conflictos legales. El problema es que Pembroke se encuentra en un spa al borde de los Alpes Suizos. Lo que parecía ser un sencillo viaje para traer a su jefe por unos días, termina convirtiéndose en una pesadilla cuando Lockhart se va adentrando en las entrañas del spa.
Casi desapercibida nos llega la nueva cinta dirigida por Gore Verbinski, responsable de algunos films más que interesantes como Rango o Piratas del Caribe: La Maldición del Perla Negra, y algunos esperpentos como las continuaciones de esta última película o El Llanero Solitario. Así que La Cura Siniestra nos llegaba produciendo un grado de incertidumbre bastante grande.
Y por desgracia tenemos que decir que La Cura Siniestra (A Cure for Wellness en su idioma original) entra en el segundo grupo de films antes citados, y para peor, lo hace de forma holgada; siendo este, quizás, el proyecto más inverosímil del realizador norteamericano.
Pero debemos aclarar que esto no es su culpa, ya que el apartado de dirección es quizás lo único bueno y más destacable de La Cura Siniestra. Gore Verbinski realiza un trabajo notable al saber filmar creando suspenso desde las imágenes, o en muchas ocasiones, haciendo que el espectador deba estar pendiente de los reflejos y elementos detrás de cuadro.
Si La Cura Siniestra es muy floja es por el guion escrito por Justin Haythe (quien junto al propio Verbinski escribieron la historia), ya que todo el relato no tiene ni pies ni cabeza. Y no lo decimos sólo porque gran parte de la trama y los “giros” de guion se revelan por diálogos en extremo explicativos, sino que los ya citados giros no sólo son constantes, además empeoran cada vez más lo que se venía contando volviéndolo más obvio, o en muchas casos, absurdo.
Pero el guion no solo peca de confuso y con innecesarios giros y re giros, también en el tramo final se hace bastante largo, logrando que el espectador empiece a mirar el reloj, algo imperdonable. Además, es casi una constante de la película hacernos recordar a La Isla Siniestra, ese interesante film de suspenso de Martin Scorsese, y esto no sólo es por el guion, sino por el parecido fijo que se le suele adjudicar a Dane DeHaan con Leonardo DiCaprio.
Tenemos que hablar brevemente de Dane DeHaan, en especial para eximirlo de cualquier culpa en esta fallida película. El pobre actor hace lo que puede con lo que tiene, y pese a todo, da muestra que es un intérprete que da para bastante más.
La Cura Siniestra es una muy floja película, que sólo se sostiene por la dirección de Gore Verbinski. Pero esto no es suficiente para sacar a flote un film, que precisamente, hace agua por casi todos lados.