Grata sorpresa me llevé con la nueva película de Gore Verbinski, director que ha hecho maravillas salvo por las secuelas de Piratas del Caribe y El llanero Solitario (2013), aunque esta última tiene unos cuantos adeptos.
En La cura siniestra hace alarde de su gran habilidad narrativa y una fotografía abrumadora, sin dudas la mejor de su carrera.
Verbinski logra sin problemas atrapar al espectador desde el minuto uno y no lo deja salir en casi las dos horas y media que dura la cinta.
Es muy acertado decir que nos encontramos ante una película de terror psicológico aunque haya un par de elementos sobrenaturales. Porque lo relevante pasa en la transformación del protagonista.
Dane DeHaan tiene cara de sacado las 24 horas del día y por eso no puedo decir que su actuación es fenomenal. Porque tanto al principio en su rol como corredor de bolsa como luego como paciente forzado el actor se mueve en su zona de confort.
Distinto es el caso de Mia Goth, una actriz con otros matices y a la que hay que seguirle la carrera.
Al igual que ella, el resto del elenco está compuesto por ignotos salvo por Jason Isaacs que cumple muy bien.
Que sea un cast de desconocidos ayuda mucho a contar la historia sin distracciones. Hay muchas vueltas, y unas cuantas sorpresas.
Realmente disfruté la película y el terror es un género que le sienta de maravillas al director. Es paradójico que se estrene el mismo día que La llamada 3 ya que fue él quien dirigió la primera parte.
La cura siniestra es buen cine de terror y lo único que le pueden objetar algunos es su duración. No más que eso porque es una gran obra.