Fragmentos desde mi Alzheimer
Phyllida Lloyd y Meryl Streep ya habían trabajado juntas en el boom musical recreando los grandes éxitos de Abba "Mamma Mia!".
Para Lloyd ése era su debut cinematográfico y aún sin tener una gran trayectoria cinematográfica se animó a encarar a una de las figuras más importantes y controvertidas de la historia reciente: Margaret Thatcher, ex primera ministra británica, ícono en los '80 e inolvidable en nuestro país por su participación dentro de la Guerra de las Malvinas.
Con un retrato similar al que habia planteado en su momento Stephen Frears con "La reina", el film de Lloyd, al igual que el de Frears, tienen como eje central la fuerte figura de sus protagonistas. Básicamente son retratos de personalidades importantísimas encuadrados dentro de un par de hechos políticos relevantes.
Pero también, y aún superando a la figura que representan, son filmes que se han apoyado en el enorme trabajo de sus actrices. Asi como en su momento, la impecable Helen Mirren se alzó con el Oscar y el gran reconocimiento de cuanto premio se haya dado durante ese año, es ahora Meryl Streep la que parece que este año arrasará con cuanta estatuilla y premio le pongan en su camino.
Y obviamente que es otro reconocimiento más que merecido ya que ha probado más que fehacientemente que es una actriz absolutamente capaz de abordar cualquier tipo de trabajo, desde sus momentos más dramáticos como en "La decisión de Sophie" "La duda" "Los puentes de Madison" o "Las Horas" hasta sus momentos de comedia en "Enamorándome de mi ex", la reciente "El diablo viste a la moda", la muy recordada "La muerte le sienta bien" o malvadamente genial en "La Diabla". Se divierte prestando su voz en "El fantástico Mr. Fox" y juega a la comedia musical, cantando y bailando en la ya nombrada "Mamma Mia!" demostrando que no hay género que se le resista (y si no lo creen, con sólo mirar el trailer quedarán cautivados por su gigante actuación).
La narración de este biopic arranca retratando a Mrs. Thatcher en sus 80 años, devariando, hablando con su esposo ya fallecido (otra gran actuación de Jim Broadbent, ganador del Oscar por "Iris" y a quien vimos recientemente en el ultimo trabajo de Mike Leigh "Un año mas") y recordando fragmentos de su historia personal.
De esta manera, cuando su hija la convence de deshacerse de las pertenencias de Dennis, su marido, comenzarán a dispararse vivencias y recuerdos que la directora alterna con algunas mínimas imágenes de archivo, que básicamente utiliza para contar en forma resumida, los momentos más relevantes del paso de Thatcher por el poder, las diferencias existentes dentro de su ministerio y fundamentalmente la manera en que una mujer logró abrirse un lugar tan importante dentro del Parlamento británico.
Confundida entre las esquirlas de su pasado que aparecen demasiado vívidas y una figura omnipresente de su marido al cual no puede hacer desaparecer de su cabeza por más que lo intenta profundamente, la figura de Thatcher pivota entre una pintura de mujer fuerte e intempestiva y la fragilidad con la que la encontramos en el presente de la narración.
Básicamente lo que cuenta en un puñado de anécdotas "La dama de hierro" es una historia bastante conocida y no tiene demasiado artificio en su manera de contarla. Lloyd se afinca en una forma sencilla y directa, mientras que el gran peso y desafio, recae en la actuación de Streep para sacar adelante un papel complejo y que representa todo un desafío, del que por supuesto, sale airosa y con todos los honores.
Meryl Streep es creible en un 100%, tanto en las escenas donde se la ve como la mujer luchadora que no dudará en su empuje y sus convicciones para llegar al poder, como en la anciana senil invadida por sus memorias y confundiendo permanentemente presente y pasado, atrapada por sus recuerdos.
Es otro gran trabajo para una gran actriz, lleno de matices, miradas, inflexiones en la voz (es asombrosa en sus parlamentos como primer ministro y lo diferente de su voz como una anciana desolada ante la presencía de su difunto esposo como visita fantasmática) y sus posturas y señales corporales.
Lloyd elige también hacer pie y relatar desde la ancianidad de Margaret, lo que hace a Thatcher una figura mucho más querible y vulnerable, por más que siga presente en nuestro imaginario colectivo la época fulgurante de la Dama de Hierro durante la guerra de Malvinas.
Cinematográficamente, la película no tiene demasiados méritos ni tampoco la directora se esfuerza por plantear un retrato más allá de las convenciones y los lugares por los cuales no debía dejar de pasar.
Por el contrario, toma una postura muy determinada desde el inicio del film y peca justamente por no aprovechar todos los elementos para construir un retrato más sinuoso y menos lineal, para una figura tan controvertida como la de Margaret Thatcher.
Asi todo, el filme muestra un fragmento de la historia reciente muy interesante y por sobre todas las cosas es un absoluto festival Meryl Streep que se disfruta de principio a fin.