El terror más clásico vuelve a la pantalla grande.
Luego de un tiempo en donde las torturas y el dolor físico se apropiaron de las carteleras de terror, parece que de golpe una forma más tradicional de asustar comienza a dominar las pantallas. Pese a haberlo hecho de una forma no-tradicional, el boom de Actividad Paranormal nos encierra en el no saber qué pasa, en la amenaza de los fantasmas y no en un sádico amputador de piernas. En esta misma línea, La noche del demonio (Insidious) fue también punta de lanza, ya que casi tributando el horror de los '80 creó lo que será una nueva franquicia que continuará en 2013.
Ahora, y desde la casa del terror mundial, la productora Hammer de Inglaterra, el director James Watkins (responsable de la escalofriante Eden Lake) nos trae una adaptación de un libro de fantasmas escrito por Susan Hill, La dama de negro.
En la historia, ambientada a principios del siglo XX, conocemos al abogado Arthur Kipps (Daniel Radcliffe), un joven viudo que vive junto a su hijo Joseph (Misha Handley) y la niñera Stella (Sophie Stuckey). A él le es asignado un nuevo trabajo relacionado a la propiedad en donde pronto pasará un tiempo bastante oscuro. Allí verá la figura de una mujer vestida de negro, algo que para su mente racional no puede ser más que una intrusa. Es por eso que decide denunciar el hecho a la policía, en donde se entera-de una forma traumática- la leyenda de "la mujer de negro", un fantasma que viene a quitarle la vida a los chicos en venganza por el que le fue arrebatado.
La batalla entre el abogado y el fantasma se hará cada vez más dura. Él intentará salvaguardar su trabajo, ignorando a todos los locales que le piden que se vaya, mientras es testigo de cómo muchos niños se suicidan, bajo las órdenes de este espectro resentido.
Con esa base, y no con mucho más, se sostiene toda la película, que casi tributa a los clásicos de fantasmas de la historia del cine con largas escenas sin diálogos y con mucha tensión, con un uso de imágenes y sonidos raramente vistos en el cine moderno y, sobre todo, con una historia sencilla y sin demasiadas vueltas de tuerca. A veces menos es más, dicen, y en este caso funciona. Es por eso que si son fanáticos del género del terror, y quieren pasar un buen rato cargado de sustos, La dama de negro es el estreno que deben ir a ver sin falta.