Cruzarse con una novela de David Foenkinos es dejarse arrastrar a un universo donde pueden conjugarse una historia de amor, una narrativa plena de humor -es dificil realmente escribir en tono de comedia y que el relato no pierda el interés ni decaiga en su nivel literario-, con una mirada realista, intensa y profunda al mundo de las relaciones personales y sobre todo, afinar la puntería en el complejo abordaje al tema de la pareja.
Tanto en las novelas "Nos séparations" como en "La Délicatesse", Foenkinos traza una radiografía perfecta de cuarentones con problemas del corazón. Particularmente esta última, "La Delicadeza" ha sido multipremiada en todos los circuitos literarios -ganadora de diez premios- y debido a su notable éxito, seguramente habrá surgido la idea de trasladar esta historia a la pantalla grande. Es asi como el mismo autor se pone detras de las cámaras y junto con su hermano Stéphane, afamado director de casting, se lanzan a la aventura de un debut compartido en el terreno de la dirección cinematográfica.
La historia es sumamente sencilla y está presentada con una hermosa introducción en la primer parte del film, en donde Nathalie (Audrey Tautou) y François (Pio Marmaï, a quien vimos recientemente en la notable "Un suceso feliz" Critica aquí) construyen una dulce y tierna historia de amor que se verá abruptamente interrumpida cuando el drama se precipite sobre ellos, cuando él muera en un accidente.
Nathalie transita incómodamente su viudez, este duelo completamente inesperado.
Pero aún cuando rechaza propuestas amorosas -por ejemplo la de su jefe- y se niegue a la posibilidad de recomponerse en ese plano, el amor vuelve a hacerse presente en su vida en la figura de un compañero de trabajo, Markus (François Damiens, quien tiene una disparatada participación en la comedia "El rompecorazones") quien es el vivo retrato de un perdedor, un "looser" en el terreno sentimental.
La simpatía que despierta el film se construye a partir del encuentro de dos corazones solitarios, quienes inesperadamente se animan a darse una oportunidad, aún cuando desde afuera a todo el mundo le parece completamente imposible o impensado dado que claramente él no parece ser el hombre ideal para ella.
Si bien la narración no tiene la brillantez que tiene su original literario, dado que Foenkinos opta por un guión que recorre los caminos más convencionales del género, algunos momentos son contados con originalidad y el tono del film no pierde en ningún momento la simpatía con que intenta contarse la historia.
Pero lamentablemente una vez pasado el planteo inicial, el desarrollo de la historia no acierta al plantear un tono indefinido que tiene además una cierta morosidad que impide que se dé preponderancia y se desarrolle la veta de comedia que sólo aparece en algunas contadas ocasiones. Tampoco opta por el camino de la comedia romántica liviana, sino que al intentar huir de algunas convenciones, comienza a sumergirse en terreno pantanoso. Algunas idas y vueltas de los protagonistas que demoran la concreción de la historia de amor, lentifica el ritmo en perjuicio del interés del espectador y la historia solamente gana cuerpo en algunos momentos de voz en off (más literarios que cinematográficos) y sobre todo en la escena final donde realmente se rescata el espíritu original de la novela.
François Damiens dota de todo su potencial actoral a este Markus indeciso, tímido, inseguro, casi infantil al que se le presenta la oportunidad de enamorarse y se siente perdido en estas nuevas sensaciones alcanzando quizás a una mujer "demasiado ideal para él".
Del otro lado, Audrey Tautou pasea su lánguida figura, llena de mohines y del indiscutible sello "à la Amélie" -que quizás no logre sacarse de por vida-, sin encontrar la verdadera máscara que un personaje tan interesante y complejo como Nathalie, necesitaba.
Tautou en cambio, parece quedarse sólo en la superficie de su criatura, y hasta aparece como distante del sentimiento que debiera despertar esta heroína de Foenkinos descripta como una mujer que despierta pasiones amorosas y que además es exitosa y se desarrolla como una excelente profesional en su trabajo.
Aunque correcta, la química entre Damiens y Tautou no llega a impactar tan fuertemente como para que la historia de amor tenga la profundidad esperada para que uno logre meterse de lleno dentro de la película. La falta de empatía de Tautou con su personaje hace que toda la historia parezca narrada con un dejo de distancia, con un tono gélido e impostado y desde el exterior, cae nuevamente en sus conocidos fruncidos de labios y revoleos de ojos que ya confirmamos que Tautou usa para la mayoría de sus papeles.
Como compensación, los roles secundarios a cargo de Joséphine de Meaux (quien aparece en el estreno cinematográfico "Amigos Intocables" y que vimos en "Melanie, la fea"), Bruno Todeschini y el citado Pio Marmaï enriquecen y complementan a la pareja principal.
Lejos, muy lejos de la versión literaria, "La delicadeza" logra parcialmente contar una historia de amor que pretende estar por momentos alejada de las convenciones y en otro, aparece sumergida totalmente en ellas.
Con el paisaje de París de fondo y como marco para dos enamorados que han pasado los cuarenta, Foenkinos logra de todos modos un relato interesante aunque algo sinuoso y demorado, que es sinceramente auspicioso tratándose de su debut como director y que no pierde totalmente su espíritu liviano pero no ligero.