Abordando el poco conocido mundo del fútbol amateur, La Despedida sorprende ofreciendo un buen momento fílmico, y aunando ingredientes del cine independiente con una temática muy arraigada a la cultural popular. El director Juan Manuel D'Emilio, proveniente del cine publicitario, arriba a una ópera prima en la que logra plasmar su capacidad narrativa y visual, con una trama que con la excusa futbolística se concentra en las vicisitudes de la
amistad varonil, con alguna bienvenida sorpresa en algún personaje. Sin ir mucho más allá de eso, en su falta de pretensiones se encuentra uno de los aciertos de su película.
Un empleado público catalogado como goleador amateur histórico de un club porteño de una divisional muy alejada de la primera A, atraviesa por la encrucijada de tener que abandonar esa práctica ante una dolencia cardíaca. Con una lejana inspiración en Pelota de trapo de Leopoldo Torres Ríos con Armando Bo, en este caso también el futbolista ocultará sus riesgos personales en pos de ser fiel a sus colores y su pasión. Las alternativas en las que se involucran sus dos amigos cercanos y su mujer alcanzan toques de humor –con un par de escenas desopilantes- y de emotividad, aunque está claro que el espectador masculino puede ser más receptivo, con algunos guiños bien ubicados. Con un convincente y sensible protagónico de Carlos Issa, muy bien acompañado por Natalia Lobo, el ex futbolista Fernando Pandolfi y Héctor Díaz, La despedida redondea una propuesta nacional sencilla pero sólida, pese a su bajo presupuesto.