Ese profundo amor al fútbol
José (Carlos Issa) hizo un sueño del fútbol. Soño con ser campeón. La vida dijo no y se convirtió en un cuarentón decepcionado, con un empleo rutinario, una esposa, Andrea (Natalia Lobo) que le exige un hijo, compromiso que él se niega a asumir, porque, quién sabe si de esa manera se siente libre, más joven y eternamente irresponsable. Eso sí, sigue como fiel integrante del Juventud Unida Fútbol Club, al que va desde que era un niño. Pero lo que nota es que el tiempo pasa y hasta su técnico lo deja en el banco.
El filme comienza cuando a José le diagnostican un problema pulmonar y le aconsejan no jugar más al fútbol. Entonces decide arriesgarlo todo por el todo. Irá a esa final con el equipo a trescientos kilómetros de Buenos Aires. Y se empecinará en salir del banco y meter un gol. El viaje con los amigos de toda la vida, entre ellos Fede (Fernando Pandolfi) y Andrea, su mujer, será un recorrido por cada uno de los momentos de la adolescencia común. El final. Una incógnita.
VERDADERA PASION
"La despedida" es una atractiva película que concentra los gustos del argentino medio, y ¿por qué no? del rioplatense. Es el gusto por la amistad y la pasión por el fútbol. Y lo hace con una historia creíble, emocional, con toques de humor y ese replanteo de los objetivos del principio que uno pensó se iban a cumplir en algún momento. Porque "La despedida" es una película de definiciones y replanteos. De asunciones y responsabilidades. Donde la amistad se pone en juego y la decisión es todo un tema.
Excelentes actuaciones de todo el grupo con un nivel homogéneo y una muy buena intervención de Natalia Lobo, en el papel de Andrea y de Fernando Pandolfi, como Fede, el amigo de la infancia. Un director para seguir porque conjuga el interés de una historia nuestra, con lenguaje propio y buena mano para los actores.