Un último deseo
La despedida (2011), dirigida por Juan Manuel D’ Emilio y protagonizada por Carlos Issa y Natalia Lobo, es una tragicomedia contada a partir de elementos muy simples y cotidianos propios del cine independiente; y sobre todo, arraigada a la cultura del fútbol, lo cual la convierte en una película que intenta mezclar la emoción del símbolo argentino más popular y un estilo visual tratado con detalle. Aunque su ritmo pausado la sumerja en un vaivén de momentos muy atractivos y otros de tedio.
José (Carlos Issa) tiene unos cuarenta años, una vida humilde, rutinaria y dedicada al deporte, particularmente al futbol; además su mujer, Andrea (Natalia Lobo) lo ama incondicionalmente. Pero un día el cansancio lo agobia y después de ir al médico, este le dice que ya no puede volver a hacer ningún esfuerzo físico debido a una deficiencia grave. Eso impulsa a José a tomar una decisión: retirarse del futbol. Va a dejar el equipo del club. Entonces junta a sus dos mejores amigos para contarles la decisión, pero ellos al igual que él, son suplentes en el equipo y prácticamente ya estaban retirados.
Así la película se convierte en la aventura y excusa que arma José para darse su despedida en el club donde fue exitoso. Y no solo la de él, sino también de sus dos amigos. La interacción de los personajes, en su planeamiento para llegar al partido que será en La Costa, hace de la película un retrato sobre la amistad. Y ahí es cuando más gana. Pero cuanto más simple y sencillas se vuelven las escenas, utilizando elementos cómicos cerca del cliché y de lo previsible, puede volverse monótona.
Es interesante, sin duda, como los personajes, a los cuales el conflicto los encuentra ya consumidos por su condición física, tienen que hacer un último esfuerzo, con tal de cumplir el último deseo de José. Cabe resaltar como las actuaciones de Fernando Pandolfi y Héctor Díaz van cobrando protagonismo volviéndose representativas, ya que los tres (junto a Carlos Issa) son los únicos que sostienen una historia llena de personajes secundarios un tanto flojos y dispersos.
Teniendo como universo al equipo de futbol del club es posible identificarse con los sentimientos que se aguardan para poder jugar el último partido y así despedirse. Atrayente desde lo visual, toda la emoción e intriga se pone sobre el desenlace. Sin embargo, el final de la película resulta un tanto extraño para el relato, incluso por la manera de asimilarlo de algunos personajes. Podría decirse que quiere develar algún misterio o ser una vuelta de tuerca innecesaria, pues es un golpe un tanto exagerado (a pesar que parece ser el cobro de daños que te hace pagar la vida) para un argumento menos dramático o que no ha tratado de sumergirse de lleno en lo trágico.