Entre el policial, el drama y el cine de gángsters, la opera prima de Esteves es una película de aprendizaje, de códigos y una historia de familias sustitutas en plan western suburbano. Rodada en Mendoza y protagonizada por Matías Encinas y Germán De Silva, con la participación de Esteban Lamothe.
Entre el policial, el western y el cine de gángsters, la opera prima de Esteves –una versión remixada y destilada de la mucho más larga miniserie que hizo a partir de la misma historia– cuenta la vida de Rey, un chico, delincuente ocasional y de poca monta, que logra escaparse de un robo que sale mal y cae en la casa de Carlos, un guardia de seguridad retirado. Con él iniciará una suerte de “re-educación” que convierte a un buen tramo de la película en una suerte versión mendocina de KARATE KID, con Carlos intentando ayudar a reencauzar la vida de Rey de una manera no tradicional. Pero la calma es breve y tensa ya que parece que el chico se había metido donde no debía cuando cometió ese robo y los pesos pesado de la zona no pararán hasta encontrarlo.
Policial duro y buddy movie, película de aprendizaje, de códigos, historia de familias sustitutas y posibles en plan western suburbano, la opera prima del mendocino Esteves –que participó de festivales como San Sebastián, Pingyao y BAFICI, entre otros– se coloca en la tradición narrativa del mejor cine clásico, una línea que por aquí no se trabaja (o no se sabe trabajar) demasiado, con personajes nobles que se juegan por los amigos y por las causas que consideran justas.
Con actuaciones tan genuinas como sobrias del joven Matías Encinas en el papel de Rey y German De Silva como Carlos, y una participación especial de Esteban Lamothe, LA EDUCACION DEL REY es un policial a la antigua, un western moderno y una película con una sensación de verdad que supera el mero ejercicio de género que podrían hacer los cinéfilos urbanos de sofá y videoclub.