Un animal redentor
El escritor Dennis Lehane, cuyos bestsellers Mystic River, Gone Baby Gone y Shutter Island fueron llevados a la pantalla grande nada menos que por Clint Eastwood, Ben Affleck y Martyn Scorsese respectivamente, adapta cinematográficamente un relato corto suyo llamado Animal Rescue (Rescate animal), nombre que paradójicamente sintetiza al final de la historia el destino de sus personajes.
Ambientada en una Brooklyn actual, donde el crimen organizado utiliza los bares como caja de seguridad del dinero sucio producto de sus transacciones, La Entrega se centra en Bob, un solitario y tranquilo barman (Tom Hardy) ajeno a los conflictos a su alrededor, que trabaja para su primo Marv (James Gandolfini), ex dueño del bar que ahora administra para los gángsters y que no se resigna a ser un perdedor.
Pero la rutinaria vida del barman cambia tras descubrir un maltratado cachorro en el cesto de basura de una casa y conocer a la misteriosa mujer (Noomi Rapace) que allí vive, cuyos destinos se cruzaran para enfrentar su pasado y presente de falsas apariencias en búsqueda de una redención.
Con ritmo lento, pero sin pausa, el relato consigue articular una historia anecdótica que va construyendo la tensión a partir de las relaciones entre sus personajes, la cual explota de forma magnífica durante su tramo final, al tiempo que propone un retrato de gángsters modernos donde lejos quedaron las tradicionales mafias italianas.
Un thriller embebido del clásico policial negro, donde la acertada fotografía de tonos fríos, la música incidental y una sobria puesta en escena, dotan a la película de un cierto toque intimista e instalan un halo de misticismo en cada secuencia, dejando el protagonismo absoluto a un gran trabajo actoral complementado por atinados diálogos, que dan cuenta de las ventajas de contar con un guion adaptado por el propio creador de la novela.
Tom Hardy sorprende interpretando a este barman de apariencia frágil, melancólico y de carácter reservado, que dice más por lo que calla que por lo que cuenta, imprimiendo diferentes matices psicológicos al personaje en función de cada escena, en una demostración de ambigüedad emocional que atrapa al espectador.
Acompañado de un conjunto de actores que dan solidez a su tarea con grandes interpretaciones, como Noomi Rapace, Matthias Schoenaerts o John Ortiz (el policía que anda tras la pista de los sospechosos movimientos de El Bar), dando vida a personajes donde no hay buenos ni malos, tan sólo individuos obligados a sobrevivir.
Mención aparte merece el añorado James Gandolfini, que con este film se despide desafortunadamente de la actuación tras su muerte el pasado 19 de junio.
Con un papel hecho a su medida (recurrente en toda su carrera, entre otros dando vida de forma magistral a Tony en la mítica serie de Los Soprano), Gandolfini brilla y por momentos roba protagonismo a Hardy, con su papel de mafioso devenido a menos, cansado de todo y con un grave problema familiar que le obliga a tomar una decisión desesperada. Estrenada de forma póstuma, la película nos permite despedirnos de este gran actor.
La entrega se cimenta en una pequeña pero solida historia (Acaba de ganar el premio al mejor guión en el Festival de San Sebastián de 2014), donde no hay buenos contra malos ni moralejas, donde las grandes interpretaciones consolidan un relato que con sutileza tensiona, cautiva y sacude al espectador.